La matanza de los inocentes

La matanza de los inocentes

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El Evangelio de San Mateo, después de la narración de los Magos, introduce un episodio que ha descolocado a muchos exegetas racionalistas y liberales, que pretenden reducir a mitos aquellos episodios que ellos no pueden admitir por prejuicios desmitificadores siguiendo a Bultman. José el esposo real de María Virgen, varón justo y elegido para proteger, apoyar a Jesús, su Hijo, del que es padre solo legal, recibe en sueños un orden de un ángel de Dios. Se le ordena que tome al Niño y a su Madre, y que huya a Egipto y allí permanezca hasta que se le ordene volver a Nazaret: Herodes busca al Niño para matarlo. Que Herodes era un tirano y asesino, históricamente está demostrado. Mandó a justiciar a sus propios hijos primero a Alejandro y Aristóbulo, porque en su enajenación sospechaba que lo iban a destronar. Lo mismo hizo con su otro hijo Antípater. Para el parricida Herodes el poder era un bien absoluto al que había que sacrificar incluso a sus propios hijos, cuanto más a un Niño sospechoso. La pregunta de los Magos, por el Rey de los judíos nacido, le hizo concebir un plan tenebroso y macabro, como escribe San Mateo: "Al verse burlado por los Magos, Herodes montó en cólera y mando matar a todos los niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores, calculando el tiempo por lo que había averiguado de los Magos". Fuera de las fuentes bíblicas no se narran estos hechos, pero eso no supone que no sean verdaderos, histórica y teológicamente. Pero teniendo la crueldad las muchas y continuas atrocidades cometidas por Herodes para conservar el poder, lo narrado por San Mateo tiene todas la garantías de historicidad tal como él lo narra por inspiración, y no como lo exegetas incrédulos tratan de camuflarlo.

Hoy día de los Santo Niños Inocentes, es necesario recordar a los cientos de miles de concebidos y no nacidos que son sacrificados legalmente y como un derecho, a quienes por dinero se les sacrifica en nombre del progresismo más reaccionario. No se puede maltratar a un animal, que es lo justo, pero sí se puede abortar a un niño en el seno materno que es un crimen abominable. Es justo alabar la política de VOX a favor de las adolescentes embarazadas, además es el único partido que se opone radicalmente aborto como un derecho de la mujer. Es de esperar que esto sea una realidad verificable y no una mera proclama partidista. Algunos clérigos, incluso obispos, deben ser más prudentes en sus opiniones políticas.

Fidel García Martínez