La Navidad en el mundo cristiano
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Por Fidel García Martínez
La celebración de la Navidad en Occidente no empezó hasta el siglo III. Los cristianos de los dos primeros siglos celebraban como fiesta principal, como ahora, la Pascua de Resurrección. Algunos cristianos peregrinaban hasta Belén allí visitaban y veneraban la gruta (símbolo) donde según una piadosa tradición había nacido el Niño Jesús. Para aquellos primeros cristianos el nacimiento histórico de Jesús no tenía la importancia que tiene estos días. Constantino el Grande, una vez convertido al Cristianismo, decreto que las fiestas cristianos fueran el primer día de la semana (domingo) y el 25 de diciembre. La Navidad cristiana supuso la cristianización de la fiesta pagana del nacimiento del sol invicto, que se celebraba el 25 de diciembre. Algunos autores como el historiador francés L. Duquesne, sostiene después de agudas investigaciones, llega a afirmar que la fecha del nacimiento de Cristo habría sido el 25 de marzo, partiendo del día que se tenía por la fecha de su muerte, el 25 de marzo, 14 del mes de Nisán judío, equinoccio de la primavera. La fecha del 25 de diciembre se extendió con rapidez en el Occidente Cristiano. El papa Julio I fijó en el S.IV la fiesta de Navidad el 25 de Diciembre. Lo que el Papa Liberio ordenó para que el 25 de Diciembre se dedicase al Creador del sol para contrarrestar la vigencia de los cultos solares paganos, a los que los neopaganos quieren volver.
La posterior historia de la Navidad se ha visto cuestionadas por motivos políticos y religiosos. La reforma luterana en un principio no celebró Navidad. Suiza y Alemania se consideraban como algo pueril e infantil los belenes y los nacimientos. Algo que piensan hoy los críticos laicos enemigos de la Navidad. En la Inglaterra anglicana incluso se llegó a prohibir. El 25 de diciembre era laborable en 1640. El rey Carlos II rescató en 1660 la fiesta de Navidad. Pero durante la época victoriana se volvió a prohibir, hasta ser restablecida a mediado del siglo XIX. En la recuperación de la fiesta de Navidad en Gran Bretaña tuvo una importancia decisiva el gran novelista Charles Dickens, quien escribió un conjunto de narraciones sobre temas navideños. Su Cuento de Navidad (A Christmas Carol), quien con su gran autoridad literaria popularizó de nuevo la celebración de la Navidad por todo lo alto, sirviendo de un personaje, Scrooge, quién experimenta un cambio radical que le lleva a celebrar la Navidad de la forma más generosa, caritativa y piadosa. Dickens simula una auténtica conversión religiosa y milagrosa (sui generis) y de un cascarrabias grosero, malhumorado y déspota, hace un hombre amable, caritativo y dadivoso. Dickens tuvo mucha influencia en la vuelta de los villancicos a la Navidad Inglesa. En la cultura navideña de USA la conversión de Scrooge ha tenido una influencia muy grande en la celebración de la Navidad. Como se puede comprobar en la película navideña por excelencia Que Bello es vivir, película que relaciona con notable exigencia la Navidad con la Fe Cristiana. Es evidente que Santa Claus no es el Niño Jesús por mucho que se eduque a los niños en esa falacia. La primera Navidad que se celebró en el Nuevo Continente fue en 1492, dos meses después de la llegada de las tres carabelas de Colón. Los italianos llevaron los belenes. Los españoles las posadas que son tan importantes en México y en toda Centroamérica a lo que hay la gran riqueza poética, musical, litúrgica y gastronómica tan abundante en los países Hispanoamericanos. Durante parte del Siglo XX en los países social-comunistas estuvo severamente prohibida la Navidad. En Cuba la visita de San Juan Pablo II, supuso que Fidel Castro tolerase e incluso el mismo celebrase la Navidad Cristiana.