Pautas para que la Iglesia en España se ponga en misión permanente ? editorial Ecclesia
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Pautas para que la Iglesia en España se ponga en misión permanente
Escribimos este comentario editorial poco después de que el Papa Francisco consignara su esperado discurso (ver páginas 34 y 35) a todos los obispos de las diócesis españoles en visita ad Limina. Se trata de un texto no extenso, cordial, incisivo, sugerente y claro. Francisco es consciente de la hora presente de la Iglesia católica en España. Conoce los timbres de gloria de nuestra historia y sabe asimismo del actual zarpazo del secularismo y de sus consecuencias. Y desde estas dos premisas fundamentales, nos lanza a la misión permanente ? "para llamar a quienes se han alejado y fortalecer la fe, especialmente en los niños"- y a no ahorrar "esfuerzos para abrir nuevos caminos al Evangelio" a fin de que este llegue al corazón de todos y les ayude a descubrir "lo que ya anida en su interior: a Cristo como amigo y hermano".
Desde estas claves, ¿cuáles son las pautas, criterios y prioridades que el Papa Francisco señala? En primer lugar, el Santo Padre abunda en la necesidad de caminar "tras las huellas del Señor". Unas huellas del Señor que significan servir y no ser servidos, respetar con humildad los tiempos de Dios, acompañar con paciencia y misericordia los procesos de maduración de cada persona y no tener miedo para dar el primer paso y salir a su encuentro. Y a ello favorecerá la capacidad de sincera y cordial escucha y "a buscar lo que verdaderamente une y sirve a la mutua edificación".
En segundo lugar, Francisco quiere que "el obispo no se sienta solo, ni crea estar solo, que sea consciente de que también la grey que le ha sido encomendada tiene olfato para las cosas de Dios", con especial referencia a la misión y actitud de los obispos con respecto a sus sacerdotes y también consagrados y laicos.
La tercera pauta subrayada, a nuestro juicio, por Francisco en su discurso del lunes 3 de marzo a los obispos españoles es la potenciación de la iniciación cristiana. "La fe ?afirmó- no es una mera herencia cultural, sino un regalo, un don que nace del encuentro personal con Jesús y de la aceptación libre y gozosa de la nueva vida que nos ofrece. Esto requiere anuncio incesante y animación constante, para que el creyente sea coherente con la condición de hijo de Dios que ha recibido en el bautismo".
La emergencia de la pastoral familiar y matrimonial es otra de las prioridades señaladas por el Pontífice. "Una familia evangelizada ?recordó- es un valioso agente de evangelización, especialmente irradiando las maravillas que Dios ha obrado en ella". Y la importancia y la fuerza de la familia cristiana es tal, ha de ser tal, que, sin ella, es muy difícil el surgimiento y la promoción de las vocaciones. En este contexto, Francisco aludió al documento de 2013 de la CEE sobre las vocaciones, y pidió a los obispos que pongan en su corazón, "como absolutamente prioritaria", la pastoral vocacional. Y que lo hagan desde la oración, la selección de los candidatos y "preparando equipos de buenos formadores y profesores competentes".
La sexta y última pauta y prioridad pastoral propuesta por el Papa ha sido la caridad, "el amor y el servicio a los pobres". Consciente del gran quehacer y reconocimiento social de Cáritas y de otras obras benéficas de nuestra Iglesia, Francisco pide que "esto sea motivo de acercamiento a la fuente de la caridad, a Cristo" y "también a su Iglesia, que es madre y nunca puede olvidar a sus hijos más desfavorecidos". En suma, el Papa invita a nuestros pastores y fieles "a manifestar aprecio y a mostraros cercanos a cuantos ponen sus talentos y sus manos al servicio del programa del Buen Samaritano, el programa de Jesús, haciendo suyas unas palabras de Benedicto XVI", en la Deus caritas est.
Y todo ello, desde otras dos claves transversales: seguir adelante con esperanza y la colaboración -"franca y fraterna"- y la comunión misionera en y desde la Conferencia Episcopal Española (CEE) "en la búsqueda de las formas más adecuadas de actuar". Y en relación al primer apunte de este párrafo, así expresó Francisco su invitación a la esperanza, esperanza, para más señas, misionera: "Poneos al frente de la renovación espiritual y misionera de vuestras Iglesias particulares, como hermanos y pastores de vuestros fieles, y también de los que no lo son, o lo han olvidado".