Por una cultura humana y cristiana del amor fraterno
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La actual grave crisis económica, laboral, social, educativa, moral y religiosa que los ciudadanos españoles sufrimos es causada por la cultura materialista egoísta y codiciosa que genera injusticia, pobreza, paro, desorden, conflictos, huelgas, litigios, delitos e inmoralidades. Necesitamos sustituirla por la cultura humana y cristiana del amor fraterno que nos manda ser justos, solidarios, misericordiosos, compasivos, benefactores y a compartir nuestros bienes espirituales y materiales con los necesitados.
Bajo los principios de libertad, igualdad y fraternidad nació la revolución francesa de 1788 promovida por la clase burguesa que extinguió el Antiguo Régimen y estableció el Régimen Democrático Constitucional en el mundo europeo. Estos tres sabios principios, basados en la naturaleza humana y en la doctrina evangélica, dieron lugar a formación de los diversos partidos políticos, entre otros, a los liberales que exaltan la libertad, a los socialistas y comunistas, la igualdad, y a los demócratas cristianos, la fraternidad o el amor fraterno humano y cristiano.
El amor es la causa, la razón, el origen y el fin de la vida humana que hace que siga adelante. Según Pablo de Tarso, el amor es: "Longánimo, benigno, no envidioso, ni jactancioso, ni orgulloso, ni descortés, no busca lo suyo, no se irrita, no piensa mal, no se alegra de la injusticia, se complace en la verdad, todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, y todo lo tolera" (1 Cor.13. 4-5).
Sustituir la fraternidad por la legalidad es un error humano y antievangélico. Los poderes públicos civiles y eclesiásticos deben promover, aprobar, sancionar y aplicar leyes, decretos, reglamentos y normas inspirados en los principios de libertad, igualdad y fraternidad para establecer la cultura humana y cristiana del amor fraterno. De este modo, evitaremos injusticias, pobreza, conflictos, desórdenes, litigios y crisis económicas, políticas, laborales, educativas y religiosas causadas por la cultura egoísta materialista y codiciosa que padecemos.
Agustín de Hipona escribe: "Ama y haz lo que quieras, si callas, callarás con amor, si hablas, hablarás con amor, si corriges corregirás con amor, si perdonas, perdonarás con amor". San Juan de la Cruz: "ni cansa ni se cansa", pero cuando desaparece, el corazón humano lo sustituye por el odio. No hay peor odio que aquel que ha sustituido al amor.
José Barros Guede
A Coruña, 25 de noviembre del 2013