Rafael Ortega: "Juan del Río, padre, maestro y amigo"
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Ya en la Casa del Padre. Juan del Río ha viajado hasta ella con la ayuda de esta maldita pandemia que nos ha arrebatado la presencia física de un padre, un maestro y un amigo. Conocí a monseñor del Río cuando él era responsable del Pabellón de la Santa Sede en la Expo-92 de Sevilla y yo, como director de los SS.II. de COPE, tuve que solicitarle un espacio físico para instalar los estudios de la emisora. Desde entonces hasta el momento de su fallecimiento, don Juan fue y ha sido para mí, insisto, un padre, un maestro y un amigo. Un padre que me supo aconsejar en muchos aspectos de mi vida profesional algunas veces muy complicados, como pudieron ser los cónclaves que eligieron a Benedicto XVI y a Francisco. Un maestro, porque nos enseñó la grave responsabilidad que el periodista católico tiene ante una sociedad falta de valores, porque como nos decía "la fe da alma a la labor de los periodistas que no deben ser meros contadores de cosas". Y un amigo que siempre me supo mostrar su cariño y su apoyo inestimable en momentos personales difíciles.
Hace unos diez días hablé con Juan del Río para agradecerle su participación en la Eucaristía que con motivo de la festividad de san Francisco de Sales, patrón de los periodistas, se iba a celebrar en la catedral castrense. Fue la última vez pues dos días después ingresó en el hospital aquejado ya de la covid-19, lo que le impidió presidir la Eucaristía. Una Misa en la que recordé uno de los últimos mensajes que monseñor del Río envió a través de las redes sociales: "En estos tiempos recios, son más necesarios que nunca: la alegría, el humor y la sonrisa cotidiana; porque si la pandemia alcanza el alma, esta languidece y se pierde la esperanza. Por favor no olvidéis el refrán: al mal tiempo buena cara". Muchas gracias por tu alegría, Juan.
Rafael Ortega, presidente de la UCIP-E
@RafaelOrtega47