San Buenaventura: doctor seráfico, por Fidel García Martínez

San Buenaventura: doctor seráfico, por Fidel García Martínez

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

San Buenaventura: doctor seráfico, por Fidel García Martínez

Centenario del nacimiento de San Buenaventura, sin duda una las lumbreras del pensamiento Católico, junto con Santo Tomás de Aquino. Ambos coinciden en lo esencial de la Teología Católica, pero tienen diferencias, que dan matiz propio a su pensamiento. Mientras que Santo Tomás cristianiza a Aristóteles, sin renunciar a San Agustín, San Buenaventura es más agustiniano que aristotélico, especialmente en su teoría de las ideas ejemplares.

San Buenaventura fue curado por la intercesión de San Francisco de Asís de una enfermedad, siendo niño. Esta fue una de las causas por la que ingresó en la orden de los Frailes Menores. Estudio en la Universidad de Paris de la que fue profesor con Santo Tomás de Aquino. Ambos por motivos diferentes fueron expulsados de la enseñanza universitaria, pero posteriormente fueron readmitidos por el mandado papal. San Buenaventura tuvo que hacer frente a una corriente dentro de la orden franciscana que rechazaba que los frailes estudiaran filosofía y teología, utilizando como argumento que el Padre Fundador, San Francisco no había cursado estudios reglados. San Buenaventura con su gran sabiduría y capacidad de persuasión implantó los estudios eclesiásticos que tanta gloria han dado a la orden Franciscana. Fue obispo y Cardenal. En 1274 asistió al concilio de Lyon, donde luchó por la unidad de la Iglesia Oriental Ortodoxa con la Iglesia Católica. Murió el 15 de Julio 1274, cundo el concilio concluía.

Debido a sus obligaciones como superior general de la orden Franciscana, tuvo que renunciar a su función docente en la Universidad. Restauró la concordia en su Orden Franciscana, debido a las tendencias antitéticas a la hora del salvaguardar el auténtico espíritu franciscano. Conocido como el Doctor Seráfico fue quien mejor supo interpretar el auténtica espíritu de San Francisco, de quien escribió una biografía. Como escribe el gran medievalista Gilsonse puede observar un paralelismo entre la vida de San Francisco de Asís y las enseñanzas de San Buenaventura. Para San Buenaventura Cristo es el Centro de todas las ciencias. Una de sus obras más claras es Itinerarium mentis in Deum y el Breviloquium.San Buenaventura fue un gran orador, como se puede ver en sus sermones cuaresmales. Fiel seguidor de la exégesis de San Agustín defendía que la que creemos lo creemos por la Autoridad de la Iglesia fundada en la Escritura y en la Tradición y lo que entendemos lo debemos a la razón. La razón y la Fe no son contrarias sino complementarias. En su tratado De Reductione artium ad Theologiam, divide la filosofía natural en física, matemática y metafísica. Pero solo el Verbo de Dios nos muestra quien es el Padre y nos abre la visión beatífica en el Cielo. El Verbo nos dice es el mediador de todas las ciencias. La inteligencia humana con solas sus fuerzas no puede formular proposiciones verdaderas sin la iluminación del Verbo, de ahí la necesidad de la Ciencia Teológica. San Buenaventura a pesar del paso del tiempo continúa siendo un referente Doctor de la Iglesia digno de respeto y veneración

Fidel García Martínez, Doctor Filología Románica, Licenciado en Ciencias Eclesiásticas.