Sofía Ruiz Del Cueto Posadas
Médico, escritora, creyentela hija de Carmen Posadas escribe también, como su madre, y compagina actividades que los progres dicen que son incompatibles
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Sofía Ruíz del Cueto es licenciada en Medicina por la Universidad Complutense de Madrid y especialista en Medicina de familia. Máster Universitario en Medicina estética por la Universidad de las Islas Baleares (2003-2004), Presidenta de la Comisión de Normativa Europea de la Medicina Estética y vocal de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME), es coautora con la escritora Carmen Posadas –su madre- del libro “La hernia de Viriato”.
Hace más de diez años puso en marcha con la Dra. Mar Mira la Clínica Mira + Cueto, centro de vanguardia en Medicina Estética. Acreditadas en medicina estética y cosmética por el Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid (ICOMEN) y miembros de la (SEME). Ambas son ponentes habituales en congresos nacionales e internacionales. En abril de 2009 presentaron en Madrid su primer libro conjunto: “Presume de cuerpo” (La Esfera de los libros). Además pusieron en marcha “Aula Mira + Cueto”, aula de formación médica con cursos teóricos y prácticos especializados para adquirir habilidades en la práctica medico estética diaria. También participan como profesorado teórico y práctico en diversos másteres universitarios de medicina estética en el ámbito nacional.
La Dra. Ruiz del Cueto es además creyente. Lo ha expresado recientemente del siguiente modo: ‘Una de las preguntas que más me hacen es ¿Cómo es posible que yo siendo médico, es decir, científico, crea en Dios?’. También ha indicado con claridad que «La fe te ayuda a vivir y te hace mucho más libre». En una interesante entrevista relató como encontró la paz en el santuario de Medjugorje. En dicha entrevista señaló que «Mi contacto con la fe, durante la niñez y la adolescencia, fue más a través de mi madre. A partir de COU empecé a ir de peregrinaciones, a Lourdes y a Guadalupe, y me metí en un grupo universitario católico que organizaba retiros y convivencias, pero eso fue todo. Luego, algún proyecto humanitario, como uno en Chile de un mes, pero nada más... después me casé y me empecé a alejar de todo eso e incluso dejé de ir a misa los domingos». Lo que le pasó allí fue que «Era el puente de mayo, tenía a los niños, mucho trabajo pendiente y, encima, era el Día de la Madre. Además, la situación con mi marido no era fácil. ¡Como para irme a perderme en unas montañas a rezar…Mientras subíamos el monte de las apariciones, donde se suponía que cada uno tenía que rezar un misterio del rosario, yo, furiosa, no paraba de buscar pretextos para irme. No tenía ninguna intención de rezar ningún misterio hasta que alguien me descolgó un rosario delante de la cara, que instintivamente cogí, y ya no me quedó más remedio. Según lo iba haciendo subiendo la montaña empecé a notar que toda la irritación, el enfado y la ira iban desapareciendo. Al llegar al final empecé a llorar descontroladamente y fue como si, de pronto, todo estuviera bien: la angustia se había desvanecido y no si sabía ni cuál había sido el motivo de mi irritación. Ahí encontré la paz… La paz que había encontrado fue creciendo y también mis enormes ganas de ir a misa. Pasé de no ir los domingos a empezar a ir entre semana. Y acabé yendo todos los días. Me hacía encontrarme bien, con paz y dispuesta para afrontar mejor el día y disfrutarlo». Y añadió, con clara intención conciliadora ciencia-fe «Pues yo creo que la medicina busca curar a la persona no solo físicamente, aunque no siempre se consiga. Hay muchos pacientes que se quejan de que existen médicos que los tratan bien, pero sin mirarlos siquiera; y el tratamiento puede ser correctísimo, aunque si el médico no saca esa parte humana, no toca más allá del cuerpo, el alma de la persona, para mi gusto, no cura».
En la actualidad es Vicepresidenta de EWTN España, la cadena de televisión católica más grande del mundo fundada por Madre Angélica en EEUU.