Un viaje a Tierra Santa

Un viaje a Tierra Santa

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Un viaje a Tierra Santa

INTRUDUCCIÓN

Conocer y contemplar los lugares sagrados donde vivieron los grandes personajes bíblicos, Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, David, Salomón y, sobre todo, donde Jesús de Nazaret nació, predicó el Reino de Dios, curó a muchos enfermos, murió crucificado y resucitó entre los muertos, es el deseo, ilusión y sueño de todo cristiano. Pues bien, me propongo en diversos y breves capítulos ofrecer a los lectores de Ecclesia dichos lugares sagrados e históricos personajes que fundaron nuestra cultura y religión cristianas.

CAPÍTULO PRIMERO

La ocasión y la oportunidad me la proporcionó la Federación Gallega de Amas de Casa que organizó un viaje a Tierra Santa. Nos escribimos 350 personas y viajamos en dos grupos de 150 personas en aviones israelitas desde Santiago de Compostela a Israel. Mi grupo partió a 3:15 de la madrugada y llegamos al aeropuerto de Ben-Gurión a las 8?15 de la mañana. Actualmente, dicho aeropuerto es la principal puerta de entrada y salida de Israel. Dista de Tel-Aviv 22 km, de Jerusalén 52km, de Haifa 103km, de Tiberias 145km, de Beersheva 100km y de Eliat 305km.

Desde allí, acompañados con un guía nos traslados en autobuses a Tel-Aviv. El guía de nuestro autobús, llamado Joseph, se presentó diciendo: Soy argentino, de raza hebrea, de nacionalidad israelita y de religión judía. A lo largo de nuestro viaje por los santos lugares cristianos resultó ser una persona amable, tolerante, imaginativa y conocedor de la historia bíblica que hablaba perfectamente el castellano y el hebreo.

La ciudad de Tel-Aviv, capital del sionismo, es una ciudad populosa fundada en el año 1909 por cincuenta familias judías de Yafo o Jope, quienes con la ayuda del Fondo Nacional Judío, compraron doce hectáreas de terreno arenoso, edificando sobre él casas unifamiliares separadas por pequeños jardines. Pronto, con la llegada constante de familias judías de la diáspora, su desarrollo fue rápido pasando de ser un suburbio de Yafo o Jope a una metrópoli industrializada, próspera y turística. En ella vimos el Teatro Nacional Habima, el auditorio Mams, la avenida Dizengoff, la torre Shalón, el rascacielos de 36 pisos y la calle Hacamelon, toda ella llena de un mercado bullicioso y pintoresco.

Desde 1949, Tel-Aviv y Yafo o Jope se hallan unidas geográfica y administrativamente contando con una población de 450 000 mil habitantes aproximadamente. Yafo o Jope fue un puerto natural y estratégico importante desde tiempos inmemorables, sufriendo numerosos sitios y asaltos guerreros a lo largo de su historia. Su antigüedad se remonta a la octava dinastía egipcia.

Yafo o Jope fue donde desembarcaron los cedros de Líbano para la construcción del templo de Salomón en Jerusalén. Aquí fue donde embarcó Jonás rumbo a Tarsis siendo tragado por un pez. Aquí fue donde Simón Pedro vivió en la casa de Simón, el curtidor, resucitó milagrosamente a Tabita y recibió la orden del centurión Cornelio, de guarnición en Cesarea, para que le fuera ver. Fue sede episcopal en la época bizantina llegando a su puerto muchos peregrinos de Europa.

Yafo o Jope conquistado por los árabes en el siglo VII, fue recuperada por los cristianos en la primera cruzada en el año 1099 construyendo fortalezas, fortificaciones, casas y calles que, hoy día, podemos contemplar restauradas y rehabilitadas. A las orillas del mar se halla la esbelta iglesia de San Pedro. A medio día almorzamos en un restaurante de esta ciudad, a orillas del mar Mediterráneo, saboreando la típica comida árabe regada con mucha agua, dado que la temperatura era en la calle de 30 grados.

Desde Yafo o Jope continuamos el viaje por la autopista que une Tel-Aviv y Haifa atravesando la fértil llanura de Sharon, llena de plantaciones, y extendiéndose a lo largo de la costa del mar Mediterráneo. Llegamos a Cesarea, antigua ciudad romana, construida por Herodes, en el año 20 a.C., como residencia oficial y puerto romano en honor y agradecimiento a su protector, el emperador Cesar Augusto, por haberle nombrado rey de Palestina.

Aquí, en Cesarea, Simón Pedro, llamado por el centurión Cornelio, arengó a una multitud de gentiles. Aquí, Pablo de Tarso fue juzgado por el procurador romano Félix y encarcelado durante dos años. Alegando su condición de ciudadano romano y apelando al César ante el procurador romano Festo, es embarcado en este puerto con dirección a Roma. Aquí, en el año 264 nació el Eusebio, famoso y muy importante historiador de la Iglesia cristiana.

Cesarea tuvo su gran florecimiento cristiano en la época bicentina hasta que fue conquistada por los árabes en siglo VII. Reconquistada por los cruzados, construyeron una pequeña ciudadela amurallada y rectangular, que posteriormente saqueada y destruida por los turcos, se conservan unas pequeñas ruinas. Actualmente, podemos contemplar, también, las ruinas romanas de un teatro, de un hipódromo y de un acueducto, y una larga playa a orillas del mar Mediterráneo.

Continuaremos en capítulos siguientes.

José Barros Guede

A Coruña, 18 de mayo del 2015

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