Un viaje a Tierra Santa (capítulo VII)
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Un viaje a Tierra Santa (capítulo VII)
Capítulo Séptimo
Desde el Monte de los Olivos, en Jerusalén, viajamos a la ciudad de Belén, donde Jesús de Nazaret nació de su madre, virgen María, en compañía de su esposo José en una cueva por estar todas las casas ocupadas, y donde los ángeles celebraron su nacimiento cantándole, los pastores adorándole y los reyes magos ofreciéndole regalos de oro, incienso y mirra.
Belén, etimológicamente significa casa del pan, porque se halla en lugar cuya tierra es propia para su cultivo, y es una de las ciudades históricas más importantes después de Jerusalén. Es la cuna no solo de Jesús de Nazaret, sino también de Boaz, Noemí, Isaí y del rey David. Es lugar de peregrinación cristiana a partir del IV. A principios del VII era ya una ciudad próspera con numerosos templos y monasterios cristianos.
En dicho viaje contemplamos el Valle de los Gigantes donde el rey David venció a los filisteos, el Manantial de los Magos donde habiéndose ocultado la estrella que les conducía a Belén, la encontraron reflejada en dicho manantial aguas, y donde María y José descansaron en su viaje desde Nazaret a Belén para empadronarse en dicha ciudad por ser José de la familia y casa del rey David nativo de Belén.
Divisamos, a la derecha, el monasterio ortodoxo griego del profeta Elías y a la izquierda, las montañas de Moab con el Mar Muerto al fondo. Vimos la tumba de Raquel, amada espesa del patriarca Jacob. Llegados a las afueras de Belén, por consejo de los guías turísticos, bajamos de los autobuses para recuerdos en un bazar de cristianos ortodoxos. Aparcamos los autobuses en la plaza mayor de Belén y almorzamos en restaurante árabe.
Por la tarde visitamos la basílica de la Natividad que se levanta sobre una cueva rocosa, donde, según la tradición cristiana, nació Jesús de Nazaret. Se halla rodeada de monasterios y edificaciones pertenecientes a cristianos ortodoxos griegos, católicos y armenios. La basílica de la Natividad se asienta sobre otra construida en siglo IV por mandato del emperador romano, Constantino, y a ruegos de madre, santa Elena. Posteriormente, fue destruida en parte y reconstruida en el año 530 por el emperador romano, Justiniano.
Externamente tiene la forma de una fortaleza. En siglo VII los persas destruyeron muchos templos cristianos en Palestina, pero respetaron la basílica de la Natividad, al ver un mosaico de los reyes magos en la fachada del edificio. Accedimos al interior de dicha basílica por una puerta tan maja y tan estrecha que para poder entrar y salir por ella, tuvimos que doblar la cabeza y la espalda. Originariamente no era así, sino que era alta y amplia en forma de arco. En el siglo XVII se cerró y se abrió la existente para que por ella los musulmanes no pudieran entrar a caballo a ella.
Su interior tiene 66 metros de largo y 17 de ancho. Sus columnas son rojizas y su techo está bellamente ornamentado. Los cristianos ortodoxos griegos ocupan la parte central, en cuya capilla hay un coro de madera tallada y el altar mayor, lleno de incensarios colgantes despidiendo un olor intenso a incienso. La parte oriental la ocupan los cristianos armenios y donde tienen su culto y la parte occidental la ocupan los cristianos católicos donde también tiene su culto. Pegada a esta parte occidental se halla la basílica de santa Catalina, construida en el año 1881, y regida por los religiosos franciscanos y a la que se accede por una puerta interior. En esta basílica de santa Catalina es donde el patriarca latino celebra la misa del gallo en la noche de Navidad.
Debajo del crucero central se halla la cueva y la gruta en la que Jesús de Nazaret nació de su madre virgen María y en compañía de su esposo José. Accedimos a ella por unas escaleras de forma circular. La cueva mide 13 metros de largo, 4 metros de ancho y 3?5 de alto. Sus muros y su suelo están cubiertos de mármol muy antiguo y está iluminada por 32 lámparas. Debajo de un pequeño altar hay una estrella de plata para señalarnos el lugar exacto donde nació el niño Jesús. Descendemos tres escalones más y contemplamos el pesebre, donde su madre María le acostó.
A escasos metros de la cueva donde nació el niño Jesús, se encuentra la cueva donde san Jerónimo vivió y escribió la Vulgata, Biblia traducida al latín, desde textos arameos, hebreos y griegos. Su valor es incalculable en la historia de la Iglesia. Asimismo, también cerca se halla la capilla de los inocentes a la que se acede por unas escaleras. Cerca de Belén, se halla la aldea de Beit-Sahur, donde estaba el campo de los pastores a los que un ángel les anunció el nacimiento del niño Jesús y ellos vinieron adorarlo, y donde Bob conoció a su bella esposa Rut.
Belén tiene aproximadamente 25 mil habitantes. Se encuentra a 77 metros sobre el nivel del Mar Mediterráneo. Se asienta en las laderas de dos colinas. Dicha ciudad ha sido muy disputada entre los cristianos y turcos. Conquista por los ingleses a los turcos, como consecuencia de la segunda guerra mundial, la cedieron a Jordania junto con otros territorios de Transjordania. Ocupada por Israel, la cedieron a la actualidad a la Autoridad Palestina.
La propiedad de la basílica de la Natividad es curiosa. Los cristianos la usan y la utilizan, pero la llave de abrirla y cerrarla al público la tiene un palestino en nombre del rey de Jordania, que la abre y la cierra todos los días.
José Barros Guede
A Coruña, 30 de junio de 2015. Continuaremos en capítulos siguientes.