La salud es también espiritual
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¿Qué es estar sano? ¿Tener bien los resultados de una analítica de sangre? Sí, eso sin duda es síntoma de que el cuerpo está funcionando bien. Pero, ¿qué pasa si pese a tener bien el azúcar, el colesterol, las arterias… uno sigue sin sentirse bien? Ninguna prueba clínica te dice como está tu alma, cómo están tus emociones o por qué no se logra una paz interior o una armonía con el exterior. La salud también abarca estas dimensiones.
No hablo del campo de la psicología, aunque ayude. La espiritualidad comprende una relación con lo metafísico, con el universo y lo más importante, con un Dios, Jesús, que es alivio de los cansados y agobiados. Una sana espiritualidad es sin duda una fuente de salud. La vulnerabilidad humana en lo físico y en lo psíquico mengua con una vocación sincera a la santidad. Hacer que esta sea provechosa requiere de un acompañamiento profundo por personas, religiosas o laicas, que sepan acercarnos a Dios y, en ese acercarse, se gane en esa salud que no aparece en el historial médico de ningún paciente.
Cuánto importante es el trabajo de que hacen las Pastorales de la Salud de todas las Diócesis españolas en un momento tan duro como es el que estamos viviendo. En el confinamiento allá por marzo y abril supimos bien el valor de estar acompañados espiritualmente y asistidos personalmente, tanto enfermos como sus familias, en unos meses inciertos y dolorosos. La salud de quienes estaban en hospitales y residencias también se vio afectada por la soledad y la orfandad espiritual. Aunque muchos médicos y enfermeros prestaron sus manos haciendo las veces de ángeles de la guarda, muchos testimonios han constatado que la salud era también sentir la presencia de Dios en esas desconocidas horas. Al igual que si la analítica da mal se pone remedio, cuando el alma está vacía, perdida o necesitada, también hay que buscar una solución. Y es ahí donde esta Pastoral tan necesaria salva y acompaña.
A la Madre, a María, Salud de los enfermos y Auxilio de los cristianos le pedimos que proteja a los que trabajan en la salud espiritual y física de todos los enfermos.