El significado del 15 de agosto para la Iglesia: "Recordamos que María no tuvo pecado y ascendió a los Cielos"

El periodista y sacerdote Josetxo Vera, explica en 'Chateando con Dios' la importancia para la Iglesia del 15 de agosto, día del ascenso de la Virgen a los Cielos

Josetxo Vera

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La Iglesia celebra este domingo, 15 de agosto, la fiesta de la Asunción de la Virgen. Una fiesta grande en la vida de la Iglesia, en la que recordamos que María no tuvo ningún pecado, por tanto no atravesó las consecuencias del pecado, que es la muerte. Al no tener pecado no murió, por lo que al final de su vida, la Iglesia nos enseña que fue elevada a los Cielos, sin pasar por la corrupción de la muerte.

El sacerdote y periodista Josetxo Vera, en 'Chateando con Dios' nos explica de esta jornada que celebra la Iglesia con especial intensidad en muchos lugares con procesiones e imágenes de la Virgen. En la Primera Lectura de este domingo, aparece reflejada una imagen potente y gráfica, ya que narra cómo hay una mujer vestida de sol, la luna por pedestal, con doce estrellas en la corona. Una mujer que está a punto de dar a luz.

En el Apocalipsis se nos dice que en ese momento hay un dragón que se pone frente a la Virgen, que va a dar a luz, dispuesto a devorar el niño que nace de las entrañas de la Virgen. Pero el niño nace, es salvado y puesto junto a Dios, mientras que María tiene su refugio en el desierto.

Nos da idea para nuestra vida cristiana, porque lo que refleja es que el demonio está dispuesto a destruir la salvación del mundo. Nosotros vivimos en el mundo como reflejo de la gloria de Dios, por lo que también el demonio querrá devorar la presencia de Cristo en nosotros.

Nos tenemos que cuidar para que la presencia de Dios esté salvada, nos edifique en nuestra vida cristiana y nunca le falte a lo demás. El ejemplo de María, que da luz al Salvador, le protege. Nosotros hemos de hacer lo mismo para que el dragón no devore esa presencia.

En la Lectura del Evangelio de este domingo, 15 de agosto, escuchamos la visitación que hace María a su prima Isabel. El ángel le ha anunciado que será la madre del Salvador, y que su prima está también embarazada pese a ser mayor. La Virgen se pone en camino para ir a casa de su prima y atenderla durante unos meses. Es una demostración de la caridad que debemos vivir los cristianos, preocuparnos de los demás antes que de nosotros mismos.

En ese encuentro con Isabel, María hace un cántico de alanzaba a dios muy poderoso. Es el canto del 'Magnifica', una felicitación a Dios por su amor y poder. Un agradecimiento, que tenemos que renovar cada día. Darnos cuenta de la grandeza de Dios en nuestra vida.

Es una misión que tenemos confiado en el día de la Asunción de María: me felicitarán todas las generaciones porque el poderoso ha hecho obras grandes por mí. Dios hace obras grandes a través de la Virgen. Para nosotros es reconocer que María fue la madre del salvador del mundo, que la salvación nos llega por ella, y recordar que podemos recurrir a ella para que haga cosas grandes.

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