Domingo de Ramos: "El día en el que los cristianos experimentamos la gran contradicción"

Este Domingo de Ramos comienza la Semana Santa, que es el centro de la vida cristiana, donde se culminan todas nuestras celebraciones, donde todo alcanza plenitud y donde todo coge sentido. La celebración de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor. Este Domingo de Ramos, que celebramos en un marco incomparable, nos acercamos a la gran contradicción que vivimos todos los cristianos y que se hace visible este domingo.

Y digo que es celebración especial la de este año, porque nunca volveremos a vivir una Semana Santa como esta, en un tiempo de confinamiento que nos permite acercarnos de una manera nueva a los oficios de la Semana Santa, una manera nueva de llevar la palabra de Dios, a participar del Domingo de Ramos sin ramos a través de los medios de comunicación, desde casa, desde la tecnología. Un tiempo que es una oportunidad. 

Es una celebración especial porque se vive la gran contradicción que experimentamos todos los cristianos tantas veces, entre lo que somos y lo que debemos ser. Como decía San Pablo: "Hago el mal que no quiero y dejo de hacer el bien que deseo". Eso lo vivimos cada día en nuestra vida yel Domingo de Ramos se ve de manera especial.

Al principio escucharemos la entrada de Jesús en Jerusalén. escucharemos en el Evangelio la grandísima alegría de Jerusalén que recibe al profeta de Galilea como el hijo de David. El es el rey de Israel. Así reciben a Jesús en esa entrada a Jerusalén. Al final de la semana, el Viernes Santo se le oirá a la gente pedir que suelten a Barrabás y crucificar a Jesús. Es la contradicción del pueblo de Israel en esos días que es también nuestra propia gran contradicción. Cuántas veces por la mañana decimos al Señor te quiero, por la tarde le engañamos y por la noche le traicionamos.

No es una cotradicción que acaba en ella misma, porque al final será vencida por la Resurrección de Cristo que perdona nuestros pecados para siempre y nos abre el horizonte de una vida eterna. Es una semana que se abre con el Domingo de Ramos de esperanza, de dolor, sufrimiento, de compañía a María Santísima en el Sábado Santo y qe culmina con la Resurrección, la gran fiesta para nosotros. 

Para nosotros es una montaña rusa de la fe esta semana. Ojalá que podamos celebrar la palabra de Dios en cada momento, participar de las celebraciones con un corazón limpio, pedir al Señor con el corazón para que limpie mis pecados, hacer un acto de contricción profundo, perfecto para conseguir encontrarnos cara a cara con el Señor, acompañarle en el Via Crucis, estar junto a al pie de la Cruz junto a la Virgen María y el apóstol San Juan. estar sosteniendo con ellos el árbol de la Cruz del que nos viene la salvación del mundo.