La enseñanza que nos deja el Evangelio de este segundo Domingo de Adviento: "Preparad el camino del Señor"
El periodista y sacerdote Josetxo Vera nos da las claves del Evangelio de este domingo, 5 de diciembre, en 'Chateando con Dios'
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Estamos en el segundo domingo de Adviento y nos acercamos al día de la Navidad, a la gran fiesta cristiana en la que celebramos que nuestra Salvación se acerca en ese Niño que nacerá en Belén. Por eso la Iglesia nos invita a un tiempo de conversión y de cambio.
Con motivo de esa fiesta que recuerda un acontecimiento de la historia, nosotros nos embarcamos en intentar renovar nuestra vida y ponerla al hilo de la Historia.
Vamos a escuchar tres lecturas como cada domingo, pero hoy especialmente son significativas la Primera Lectura y el Evangelio. La profecía de Baruc es muy importante porque es un libro que en otras Biblias cristianas no está reconocida, pero la Iglesia católica la reconoce como parte de la Biblia y, por tanto, la escuchamos en la celebración de la Iglesia. Ambas lecturas nos hablan de un viaje en el que estamos embarcados y que tiene dos direcciones.
En la Primera Lectura, Baruc le dice a Jerusalén que se prepare para recibir a sus hijos, que el Señor está recogiendo a los hijos suyos por todo el mundo para traerlos dentro del Reino de los Cielos. En el fondo le está diciendo de olvidarse del luto y del pecado y que se vista de alegría y de júbilo porque viene el Pueblo de Dios. Es una llamada a la Iglesia: prepárate, viene el Señor.
Esta es la primera enseñanza de este Evangelio. Dios está empeñado en el que el camino de los cristianos sea sencillo para alcanzar la nueva Jerusalén. Dios no nos ha puesto una carrera de obstáculos para fastidiarnos, Él prepara el camino. Si hacemos una mirada a nuestra vida personal nos daremos cuenta de la cantidad de veces que Dios nos ha salido al encuentro para aconsejarnos una conversión, un tiempo de oración, una Lectura que nos haría bien
El Evangelio también nos habla de un viaje, el que nos propone Juan el Bautista, el último de los profetas y el primer testigo. Y él nos invita también a preparar el camino del Señor y es un camino en la otra dirección. En la Primera Lectura veíamos al Pueblo de Dios que caminaba al encuentro de la nueva Jerusalén, en esta Lectura es el Señor que se acerca hacia el Pueblo de Dios.
Nosotros nos esforzamos al salir al encuentro del Señor y Él se esfuerza en salir a nuestro encuentro. En la Primera Lectura era Dios que quitaba los obstáculos, en la lectura del Nuevo Testamento San Juan nos encomienda a nosotros la misma misión, preparar el camino del Señor, quitar todo lo que sobra.
Es una imagen que es muy valiosa porque todos nosotros más o menos conducimos o vamos por caminos y nos damos cuenta de las dificultades que tienen. Barrancos y baches que tenemos que salvar, colinas que tenemos que subir. El Señor, a través de San Juan el Bautista, nos invita a rellenar los baches y a rebajar las colinas. Si miramos a nuestra alma nos daremos cuenta de las cosas que nos sobran y las cosas que nos faltan.
Seguramente nos sobra el pecado, el vicio, las juergas y las preocupaciones de la vida porque nos hace perder la esperanza en un Señor que nos salva. Y tenemos que incorporar a nuestra vida todas las virtudes de la vida cristiana, fe y caridad, y en este tiempo de manera especial hacer crecer la esperanza.
Somos gente que espera con esperanza. Somos gente que espera de una manera activa. Nos ponemos en camino para que esta esperanza se realice.
En estos días se celebra la novena de la Inmaculada, nueve días antes del día 8 de diciembre en el que celebramos ese Dogma Mariano: María no tuvo ningún pecado y a ella nos acogemos.