El Evangelio de este domingo revela la forma en la que Dios evangeliza
El periodista y sacerdote Josetxo Vera en 'Chateando con Dios' analiza el Evangelio de este domingo de Cuaresma
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La Primera Lectura del Evangelio de este domingo narra la historia de Moisés, que se encuentra ya en el pueblo de Israel, una vez han logrado cruzar el Mar Rojo y situarse en el desierto, donde permanecen cuarenta años. En 'Chateando con Dios', que cada domingo publica el periodista y sacerdote Josetxo Vera, se hace alusión a estos primeros momentos en Israel, en el que los que se encuentran junto a Moisés reclaman comida y agua. En un momento dado, Moisés protesta, al considerar al pueblo unos desagradecidos, ya que les acababan de liberar de la esclavitud.
En un momento dado, Moisés recurre a Dios, cuya respuesta fue contundente: “Coge el callado que te di con el que abriste el Mar Rojo, vete hacia ellos, y entonces coge el palo, dale a la roca y emanará agua”. Una respuesta que le hace pensar sobre la paciencia infinita del Señor hacia ese pueblo durante los años en el desierto.
Es una paciencia que siempre muestra hacia nosotros, porque siempre está pendiente. Pero el centro de las lecturas de este domingo es el Evangelio, el de la mujer samaritana que está sacando agua del pozo, se acerca al Señor y le pide “dame agua para beber”. El pasaje es una catequesis perfecta de cómo el Señor se acerca a una persona que está herida en su corazón y necesita conocer la salvación. Por ello, la mujer pasa por 4 momentos en cuya escala, nos encontramos con el método de Jesucristo para Evangelizar.
La sorpresa: La samaritana le pregunta... ¿Por qué te diriges a mí si yo soy una samaritana y tu Judío? (por aquel entonces no se entendían bien).
La curiosidad: el Señor contesta y esto provoca que la samaritana le vuelva a preguntar... ¿Y tú cómo vas a sacar agua del pozo si no tienes cubos ni forma de sacarlo? La respuesta del Señor lleva a la samaritana a la petición.
La petición: “Dame también a mí de ese agua que dices que salta hasta la vida eterna”. Es un gesto importante, porque cuando alguien te pide algo, es porque te aprecia, siente que la puedes ayudar.
La pregunta: Ante la espera de la llegada de un Mesías, la mujer samaritana pregunta... ¿Quién es ese Mesías? ¿Cuándo vendrá? Y el Señor responde, "yo soy ese Mesías". De esta manera, se ha producido la completa evangelización de la mujer con estos cuatro pasos.
Para nuestra vida cristiana, podemos sentirnos cerca de la mujer samaritana o del Señor que se acerca a evangelizar. Los dos tienen una enseñanza para nosotros. Si nos sentimos como la mujer samaritana, que se siente lejos de Dios y sentimos nuestro pecado como algo pesado, la enseñanza del Evangelio es que el Señor está contigo, a tu lado, va a recogerte para decirte “yo te espero”.
Si sientes una convicción cristiana y cercanía con el Señor, tu mirada es la de Jesús. Tienes que aprender que todos los que tienes delante, amigos o enemigos, están esperando tu palabra. Te tienes que lanzar a la misión, empleando su estrategia. Provocar sorpresa, curiosidad, responder a las preguntas y ofrecer la salvación del Señor. Así es como tenemos que evangelizar.