'Apuntando a lo alto' reflexiona sobre el silencio: "Ahí descubrimos que Dios ama nuestra debilidad"

En este nuevo programa, Raúl Tinajero junto a sus colaboradores Santiago Reyes y Miriam Blanco, han comentando la necesidad de meditar en silencio para el encuentro con Dios

Redacción Religión

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En el nuevo programa de 'Apuntando a lo alto' ,dirigido por Raúl Tinajero, el tema de reflexión en 'diálogo abierto' ha sido el silencio para desconectar con nosotros mismos y estar en contacto con Dios.

En mitad de tanto ruido y de este ritmo frenético, nos cuesta mucho, y cada vez más, buscar esos momentos de paz y silencio que nos ayudan a disfrutar más de nosotros mismos y de la vida en general. El mundo y nuestras obligaciones van deprisa y aceleradas y es necesario saber parar para poder poner freno y cuestionarnos qué estamos haciendo. Para poder abrirnos a Dios es necesario tener estos momentos de silencios pero... ¿Son los jóvenes son capaces de practicar este silencio imprescindible?. Esto es justo lo que le hemos preguntado a nuestros colaboradores del programa de hoy: Santiago Reyes, quien trabaja con los jóvenes de San Juan de Dios en jóvenes hospitalarios y también con Miriam Blanco, quien trabaja con la Delegación de Infancia y Juventud (Deleju) de Madrid.

Sabemos que estos espacios de reflexión y silencio son necesarios para nuestra vida. Buscar la soledad también es algo que es necesario pero, tal y como apunta Santi, "Cuando los jóvenes se dan cuenta que esa soledad está vacía, se pueden asustar. Sin embargo, los cristianos cuando observan que ésta está 'habitada', se transforma porque descubrimos a Dios en ella".

“El silencio lo asociamos a la soledad pero realmente no es malo”

Por otro lado, Miriam apuntaba que siempre ha existido ese "miedo a la soledad por parte de los jóvenes pero ahora se ha acentuado debido a todos los estímulos que nos rodean de forma constante". Los jóvenes necesitan estar continuamente acompañados y no necesariamente por personas. El hecho de estar conectados siempre a las redes sociales, a internet o al móvil, hace que los jóvenes nunca se acerquen a tener un rato de meditación y reflexión con ellos mismos.

“Cuando no podemos afrontar la soledad, necesitamos llenarla de elementos que realmente no nos llenan de verdad”. Además, existen miedos que todos tenemos y debemos contar con las herramientas necesarias para poder dominarlos y el valor del silencio puede ser uno de ellos.

Apunta Miriam que debemos proponer estos momentos de silencio como riqueza: “El silencio lo asociamos a la soledad pero realmente no es malo”. “El silencio lo necesito para entrar en mismo, y también para con los demás”.

En un mundo de muchos ruidos, es muy difícil encontrarnos con nosotros mismos porque no nos permitimos escucharnos. La autoestima es uno de los factores que más determinan a los jóvenes y descubrirse a uno mismo durante esa juventud puede mostrarnos detalles que no nos gusten. Según expone Santi “nos enfrentamos a una realidad muy herida y con mucho sufrimiento, por ello, es muy normal que muchos chicos intenten esconder esa realidad con otros ambientes y experiencias”. El propio joven no tiene una capacidad para darse cuenta de lo que está ocurriendo a su alrededor sin tener esta paz interior. “El que Dios esté en mi vida , que esa soledad me haga sentirme más amado es redescubirme y también decubrir cómo me ve a mi”. “Dios ama mi debilidad y mi pequeñez, y este mensaje no lo conocen los jóvenes”