EVANGELIO DEL DÍA

Evangelio 1 enero: "María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón"

San Lucas 2, 16-21

Redacción Religión

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El Evangelio del día 1 de enero con las lecturas de hoy:

Lectura del santo evangelio según san Lucas 2, 16-21

En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo a Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que les habían dicho de aquel niño.

Todos los que lo oían se admiraban de lo que les decían los pastores. Y María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.

Los pastores se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y oído; todo como les habían dicho.

Al cumplirse los ocho días, tocaba circuncidar al niño, y le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.

El Señor tenga piedad y nos bendiga

Primera lectura

Lectura del libro de los Números 6, 22-27

El Señor habló a Moisés:

–"Di a Aarón y a sus hijos: 'Ésta es la fórmula con que bendeciréis a los israelitas:

"El Señor te bendiga y te proteja,

ilumine su rostro sobre ti

y te conceda su favor.

El Señor se fije en ti

y te conceda la paz"'.

Así invocarán mi nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré". 

Salmo 66, 2-3. 5. 6 y 8 (R.: 2a) 

R. El Señor tenga piedad y nos bendiga.

El Señor tenga piedad y nos bendiga,

ilumine su rostro sobre nosotros;

conozca la tierra tus caminos,

todos los pueblos tu salvación. R.

Que canten de alegría las naciones, 

porque riges el mundo con justicia, 

riges los pueblos con rectitud 

y gobiernas las naciones de la tierra. R.

Oh Dios, que te alaben los pueblos, 

que todos los pueblos te alaben. 

Que Dios nos bendiga; 

que le teman hasta los confines del orbe. R.

Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 4, 4-7

Hermanos:

Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción.

Como sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: "¡Abba! Padre". Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.

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