EVANGELIO DEL DÍA

Evangelio 30 junio: "Tú vete a anunciar el Reino de Dios"

San Lucas 9, 51-62

Evangelio 30 junio: "Tú vete a anunciar el Reino de Dios"

Redacción digital

Madrid - Publicado el

3 min lectura

El Evangelio del día 30 de junio de 2019 con las lecturas de hoy:

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 9, 51-62

Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros por delante.

De camino entraron en una aldea de Samaría para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron, porque se dirigía a Jerusalén.

Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron: –Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo que acabe con ellos?

El se volvió y les regañó. Y se marcharon a otra aldea.

Mientras iban de camino, le dijo uno:

Te seguiré adonde vayas.

Jesús le respondió:

Las zorras tienen madriguera y los pájaros, nido, pero el Hijo del Hombre no tiene donde reclinar la cabeza.

A otro le dijo:

Sígueme.

El respondió:

Déjame primero ir a enterrar a mi padre.

Le contestó:

Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el Reino de Dios.

Otro le dijo:

Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de mi familia.

Jesús le contestó:

El que echa mano al arado y sigue mirando atrás, no vale para el Reino de Dios.

Primera lectura

Lectura del libro primero de los Reyes 19, 16b. 19-21

En aquellos días, el Señor dijo a Elías:

–Unge como profeta sucesor a Eliseo, hijo de Safat, natural de Abel–Mejolá.

Elías se marchó y encontró a Eliseo, hijo de Safat, arando, con doce yuntas en fila y él llevaba la última. Elías pasó a su lado y le echó encima su manto.

Entonces Eliseo, dejando los bueyes, corrió tras Elías y le pidió:

–Déjame decir adiós a mis padres; luego vuelvo y te sigo.

Elías contestó:

–Ve y vuelve, ¿quién te lo impide?

Eliseo dio la vuelta, cogió la yunta de bueyes y los mató, hizo fuego con los aperos, asó la carne y ofreció de comer a su gente. Luego se levantó, marchó tras Elías y se puso a sus órdenes.

Salmo 15, 1-2a y 5. 7-8. 9-10. 11

R. El Señor es mi lote y mi heredad.

Protégeme, Dios mio, que me refugio en ti; 

yo digo al Señor: "Tú eres mi bien".

El Señor es el lote de mi heredad y mi copa, 

mi suerte está en tu mano. R.

Bendeciré al Señor que me aconseja, 

hasta de noche me instruye internamente.

Tengo siempre presente, al Señor, 

con él a mi derecha no vacilaré. R.

R. El Señor es mi lote y mi heredad.

Por eso se me alegra el corazón, 

se gozan mis entrañas, 

y mi carne descansa serena: 

porque no me entregarás a la muerte, 

ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.

R. Me enseñarás el sendero de la vida, 

me saciarás de gozo en tu presencia, 

de alegría perpetua a tu derecha. R.

Segunda lectura

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Gálatas 4, 31b - 5, 1. 13-18

Hermanos:

Para vivir en libertad, Cristo nos ha liberado. Por tanto, manteneos firmes, y no os sometáis de nuevo al yugo de la esclavitud. Hermanos, vuestra vocación es la libertad:  no una libertad para que se aproveche el egoísmo; al contrario, sed esclavos unos de otros por amor. Porque toda la ley se concentra en esta frase: "amarás al prójimo como a ti mismo".

Pero, atención: que si os mordéis y devoráis unos a otros, terminaréis por destruiros mutuamente. Yo os lo digo: andad según el Espíritu 

y no realicéis los deseos de la carne; pues la carne desea contra el espíritu y el espíritu contra la carne. Hay entre ellos un antagonismo tal, 

que no hacéis lo que quisierais. Pero si os guía el Espíritu, no estáis bajo el dominio de la ley.