EVANGELIO DEL DÍA

Evangelio 14 de octubre: "Quien lo deje todo por Mí, recibirá cien veces más"

San Marcos 10, 17-30

Redacción Religión

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El Evangelio del día 14 de octubre de 2018 con las lecturas de hoy:

Del Evangelio según san Marcos 10, 17-30:

En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó:

Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?

Jesús le contestó:

¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios.

Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre.

Él replicó:

Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño.

Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo:

Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres –así tendrás un tesoro en el cielo–, y luego sígueme.

A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico.

Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos:

¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el Reino de Dios!

Los discípulos se extrañaron de estas palabras. Jesús añadió:

–Hijos, ¡qué difícil les es entrar en el Reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el Reino de Dios.

Ellos se espantaron y comentaban:

Entonces, ¿quién puede salvarse?

Jesús se les quedó mirando y les dijo:

Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo.

Pedro se puso a decirle:

Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. Jesús dijo:

–Os aseguro, que quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más –casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones–, y en la edad futura vida eterna.

Primera lectura

Lectura del Libro de la Sabiduría 7, 7-11

Supliqué y se me concedió la prudencia, invoqué y vino a mí un espíritu de sabiduría.

La preferí a los cetros y a los tronos, y en su comparación tuve en nada la riqueza.

No le equiparé la piedra más preciosa, porque todo el oro a su lado es un poco de arena, y junto a ella la plata vale lo que el barro.

La preferí a la salud y a la belleza, me propuse tenerla por luz, porque su resplandor no tiene ocaso.

Todos los bienes juntos me vinieron con ella, había en sus manos riquezas incontables.

Salmo 89, 12-13. 14-15. 16-17 

R: Sácianos de tu misericordia, y toda nuestra vida será alegría y jubilo.

Enséñanos a calcular nuestros años, 

para que adquiramos un corazón sensato. 

Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo? 

Ten compasión de tus siervos.

Por la mañana sácianos de tu misericordia, 

y toda nuestra vida será alegría y júbilo; 

danos alegría por los días en que nos afligiste, 

por los años en que sufrimos desdichas.

Que tus siervos vean tu acción 

y sus hijos tu gloria. 

Baje a nosotros la bondad del Señor 

y haga prósperas las obras de nuestras manos.

Segunda lectura

Lectura de la carta a los Hebreos 4, 12-13

La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, penetrante hasta el punto donde se dividen alma y espíritu, coyunturas y tuétanos. Juzga los deseos e intenciones del corazón. Nada se le oculta; todo está patente y descubierto a los ojos de Aquel a quien hemos de rendir cuentas.

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