"He pedido a tus discípulos que lo echen y no han sido capaces"

Evangelio según san Marcos (9,14-29) y comentario de José María Calderón, director nacional de OMP

Redacción Religión

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Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Marcos (9,14-29)

EN aquel tiempo, Jesús y los tres discípulos bajaron del monte y volvieron a donde estaban los demás discípulos, vieron mucha gente alrededor y a unos escribas discutiendo con ellos.

Al ver a Jesús, la gente se sorprendió y corrió a saludarlo. El les preguntó:

«¡De qué discutís?».

Uno de la gente le contestó:

«Maestro, te he traído a mi hijo; tiene un espíritu que no lo deja hablar; y cuando lo agarra, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda rígido. He pedido a tus discípulos que lo echen y no han sido capaces».

Él, tomando la palabra, les dice:

«Generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo».

Se lo llevaron.

El espíritu, en cuanto vio a Jesús, retorció al niño; este cayó por tierra y se revolcaba echando espumarajos.

Jesús preguntó al padre:

«Cuánto tiempo hace que le pasa esto?».

Contestó él:

«Desde pequeño. Y muchas veces hasta lo ha echado al fuego y al agua para acabar con él. Si algo puedes, ten compasión de nosotros y ayúdanos».

Jesús replicó:

«Si puedo? Todo es posible al que tiene fe».

Entonces el padre del muchacho se puso a gritar:

«Creo, pero ayuda mi falta de fe».

Jesús, al ver que acudía gente, increpó al espíritu inmundo, diciendo:

«Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: sal de él y no vuelvas a entrar en él».

Gritando y sacudiéndolo violentamente, salió.

El niño se quedó como un cadáver, de modo que muchos decían que estaba muerto.

Pero Jesús lo levantó cogiéndolo de la mano y el niño se puso en pie.

Al entrar en casa, sus discípulos le preguntaron a solas:

«Por qué no pudimos echarlo nosotros?».

El les respondió:

«Esta especie solo puede salir con oración».

Primera lectura

TODA sabiduría viene del Señor

y está con él por siempre.

La arena de los mares, las gotas de la lluvia

y los días del mundo, ¿quién los contará?

La altura de los cielos, la anchura de la tierra

y la profundidad del abismo, ¿quién las escrutará?

¿Quién ha escrutado la sabiduría de Dios, que es anterior a todo?

Antes que todo fue creada la sabiduría,

y la inteligencia prudente desde la eternidad.

La fuente de la sabiduría es la palabra de Dios en las alturas

y sus canales son mandamientos eternos.

La raíz de la sabiduría, ¿a quién fue revelada?

y sus recursos, ¿quién los conoció?

La ciencia de la sabiduría, ¿a quién fue revelada?

y su mucha experiencia, ¿quién la conoció?

Uno es el Altísimo, creador todopoderoso.

Uno solo es sabio, temible en extremo:

el que está sentado en su trono.

El Señor mismo creó la sabiduría, la vio, la midió

y la derramó sobre todas sus obras.

Se la concedió a todos los vivientes

y se la regaló a quienes lo aman.

Salmo

V/. El Señor reina, vestido de majestad;

el Señor, vestido y ceñido de poder. R/.

V/. Así está firme el orbe y no vacila.

Tu trono está firme desde siempre,

y tú eres eterno. R/.

V/. Tus mandatos son fieles y seguros;

la santidad es el adorno de tu casa,

Señor, por días sin término. R/.

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