"Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré"

san Mateo (11, 25-30)

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Redacción Religión

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Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo 11, 25-30

En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo: “Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera”.

Primera lectura

Lectura del libro del Eclesiástico 15, 1-6

Así obra el que teme al Señor, el que observa la ley alcanza la sabiduría. Ella le sale al encuentro como una madre y lo acoge como una joven esposa. Lo alimenta con pan de inteligencia y le da a beber agua de sabiduría. Si se apoya en ella, no vacilará, si se aferra a ella, no quedará defraudado.

Ella lo ensalzará sobre sus compañeros y en medio de la asamblea le abrirá la boca.

Lo llenará del espíritu de sabiduría y de inteligencia y lo revestirá con un vestido de gloria. Encontrará gozo y corona de júbilo, y un hombre eterno recibirá en herencia.

Salmo

Sal 88, 2-3. 6-7. 8-9. 16-17. 18-19

R/. Contaré eternamente las misericordias del Señor

Cantaré eternamente las misericordias del Señor,

anunciaré tu fidelidad por todas las edades.

Porque dijiste: «La misericordia es un edificio eterno»,

más que el cielo has afianzado tu fidelidad. R/.

El cielo proclama tus maravillas, Señor,

y tu fidelidad, en la asamblea de los ángeles.

¿Quién sobre las nubes se compara a Dios?

¿Quién como el Señor entre los seres divinos? R/.

Dios es temible en el consejo de los ángeles,

es grande y terrible para toda su corte.

Señor de los ejércitos, ¿quién como tú?

El poder y la fidelidad te rodean. R/.

Dichoso el pueblo que sabe aclamarte:

caminará, oh Señor, a la luz de tu rostro;

tu nombre es su gozo cada día,

tu justicia es su orgullo. R/.

Porque tú eres su honor y su fuerza,

y con tu favor realzas nuestro poder.

Porque el Señor es nuestro escudo,

y el Santo de Israel nuestro rey. R/.