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Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Lucas 11, 27-28
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la gente, una mujer de entre el gentío, levantando la voz, le dijo: “Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron”.
Pero él dijo: “Mejor, bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen”.
Primera lectura
Lectura del primer libro de las Crónicas 15, 3-4. 15-16; 16, 1-2
En aquellos días, David congregó en Jerusalén a todo Israel para subir el Arca del Señor al lugar que le había preparado. Reunió también a los hijos de Aarón y a los levitas. Luego los levitas levantaron el Arca de Dios tal como lo había mandado Moisés por orden del Señor: apoyando los varales sobre sus hombros. David mandó a los jefes de los levitas emplazar a los cantores de sus familias con instrumentos musicales —arpas, cítaras y platillos— para que los hiciesen resonar, alzando la voz con júbilo. Llevaron el Arca de Dios y la colocaron en el centro de la tienda que David le había preparado. Ofrecieron holocaustos y sacrificios de comunión en presencia de Dios. Cuando David acabó de ofrecerlos, bendijo al pueblo en nombre del Señor.
Salmo
Sal 26, 1. 3. 4. 5
R/. El Señor me ha coronado, sobre la columna me ha exaltado
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? R/.
Si un ejército acampa contra mí,
mi corazón no tiembla;
si me declaran la guerra,
me siento tranquilo. R/.
Una cosa pido al Señor, eso buscaré:
habitar en la casa del Señor por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo. R/.
El me protegerá en su tienda
el día del peligro;
me esconderá en lo escondido de su morada,
me alzará sobre la roca. R/.