¿Qué significa el cuarto mandamiento “Honra a tu padre y a tu madre”?
El Catecismo de la Iglesia Católica subraya la importancia de este mandamiento que se dirige expresamente a los hijos en sus relaciones con sus padres
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El cuarto mandamiento de la Ley de Dios nos dice: “Honra a tu padre y a tu madre”. Mientras que los tres primeros mandamientos nos enseñan el amor a Dios, los siete restantes tienen como objeto el bien del prójimo (y el bien personal), que debe ser amado por amor de Dios.
Honrar a los padres significa amarlos, respetarlos, teniendo cuidado de no causarles dolor y ser agradecidos por todo el amor que nos han dado.
El Catecismo de la Iglesia Católica subraya la importancia de este cuarto mandamiento que se dirige expresamente a los hijos en sus relaciones con sus padres. Se refiere también a las relaciones de parentesco con los demás miembros del grupo familiar.
Asimismo, se extiende a los deberes de los alumnos con los maestros, de los empleados con los jefes, de los ciudadanos con su patria. Este mandamiento implica y sobreentiende también los deberes de los padres y de todos los que ejercen una autoridad sobre otros.
"Con todo tu corazón honra a tu padre y no olvides los dolores de tu madre"
Los hijos han de respetar y honrar a sus padres, procurar darles alegrías, rezar por ellos y corresponder lealmente a su amor hacia los hijos.
Según se puede leer en el Catecismo, "el respeto a los padres está hecho de gratitud para quienes, mediante el don de la vida, su amor y su trabajo, han traído sus hijos al mundo y les han ayudado a crecer en edad, en sabiduría y en gracia. Con todo tu corazón honra a tu padre, y no olvides los dolores de tu madre. Recuerda que por ellos has nacido, ¿cómo les pagarás lo que contigo han hecho?” (Catecismo, 2215).
Este mandamiento también recuerda los deberes que tienen los padres, los gobernantes, los maestros, los jefes de empleados y toda aquella personas que ejerza alguna autoridad, ya que en toda persona debemos ver a un hijo o una hija de nuestro Padre Dios. El prójimo es alguien que por ser próximo a nosotros merece que le brindemos respeto y atención especial, no es simplemente un individuo sin valor especial.
El deber de los padres
La autoridad que los padres tienen de mandar a los hijos y la obligación de éstos de obedecerles viene de Dios, que constituyó y ordenó la familia para que suministre al hombre los primeros medios necesarios para su perfeccionamiento material y espiritual.
Los padres tienen el deber de amar, alimentar y mantener a sus hijos, proveer a su educación religiosa y civil, darles buen ejemplo, alejarlos de las ocasiones de pecado, corregirlos de sus defectos y ayudarlos a abrazar el estado a que Dios los llama.