Basílicas de San Pedro y San Pablo, columnas de Fe
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La Iglesia está vinculada a Roma donde se encuentran las dos columnas de la Comunidad Eclesial que son San pedro y San Pablo. En esta jornada, Domingo XXXIII del Tiempo Ordinario, recordamos la Dedicación de las Basílicas de San Pedro y San Pablo. El Pastor debe dar la vida por las ovejas, dice Cristo en el Evangelio. Y como el discípulo no puede ser menos que el Maestro, Pedro y Pablo consumaron su vida en Roma.
Precisamente en la via ostiense donde están los sepulcros de ambos se edificaron las dos Basílicas, que son los templos más importantes de toda la cristiandad. Yo daré mi vida por Ti señalaría Pedro al Señor en el Cenáculo poco antes de negarle en la Pasión. Sin embargo, la Providencia tenía marcado a Simón el camino del martirio como la manera de dar gloria a Dios. Y crucificado cabeza abajo, por no ser digno de morir como el Señor.
Por su parte, Pablo indica a sus comunidades cómo está a punto de ser sacrificado por el Señor Jesús, cuando está a punto de ser decapitado. Así se recuerda que la Fe cristiana se fundamenta en la predicación de la Buena Nueva, que llevaron a cabo los discípulos hasta llegar a dar la vida. La Basílica de San Pedro alberga en su interior una capacidad mayor que cualquier templo del mundo, siendo restaurada tras sufrir deterioros.
Fue consagrada en 1626. En el caso de la otra Basílica, San Pablo Extramuros, fue edificada con 24 columnas de mármol. En el Medievo era el templo más valorado. En 1823 sufrió un aparatoso incendio. Tras diversas remodelaciones fue consagrada por el Papa Pío IXen el año 1854, el mismo año que se proclamó el Dogma de la Inmaculada. En ella se conservan imágenes de todos los Papas que han gobernado en la historia