Madrid - Publicado el
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En la Celebración del Misterio del Nacimiento del Señor, alguna semana después se recuerda su Santísimo Nombre. En el caso de su Madre, cuatro días después de celebrar la Natividad de la Virgen, se conmemora el Dulce Nombre de María. El nombre de María, traducido del hebreo "Miriam", significa Doncella, Señora, Princesa. El origen de esta fiesta es español. Por primera vez, se autorizó la celebración de esta fiesta en 1513, en la ciudad española de Cuenca.
Desde ahí se extendió por toda España y en 1683, el Papa Inocencio XI la admitió en la Iglesia de Occidente como una acción de gracias por el levantamiento del sitio a Viena y la derrota de los turcos por las fuerzas de Juan Sobieski, rey de Polonia. En ella los cristianos pidieron que los atacantes no les hiciesen daño y se desató una inmensa lluvia que impidió el uso efectivo de las armas de fuego.
Pronto se propagó por el resto de España hasta que en el año 1683 tuvo conocimiento de ella el Papa Inocencio XI. Entonces el Pontífice introduce en el Santoral esta memoria para que se celebre en la Iglesia Universal. No obstante, también se considera un propagador implícito de esta devoción a San Bernardino de Siena que difundió mucho el Dulce Nombre de Jesús, de lo que deriva que, junto a Cristo, se pide la devoción a María y a su Santo Nombre.
Su conmemoración en los orígenes se remonta al siglo XVI. El hecho de que la Santísima Virgen lleve el nombre de María es el motivo de esta festividad, instituida con el objeto de que los fieles encomienden a Dios, a través de la intercesión de la Santa Madre, las necesidades de la Santa Madre Iglesia, le den gracias por su omnipotente protección y sus innumerables beneficios, en especial los que reciben por las gracias de Nuestra Madre La Santísima Virgen María.