La Inmaculada Concepción, Patrona y protectora de España

Hay celebraciones que vertebran el año cristiano, como son la Pascua y la Navidad. Junto a ellas se encuentran las celebraciones marianas muy unidas al Misterio de la Fe y que hacen alusión a la Salvación de Dios porque son pieza importante en el proyecto providencial. Uno de ellos es la celebración de este día: la Inmaculada Concepción de la Virgen. 

Ya en el Paraíso después de pecar el hombre y ser expulsado del Edén, Dios maldice a la serpiente con estas palabras: “Establezco hostilidades entre ti y la Mujer. Entre tu estirpe y la suya. Ella te herirá en la cabeza cuando tú la hieras en el talón”. Así se prefigura el Misterio de María Inmaculada. Será el 8 de diciembre de 1854, cuando el Beato Pío IX proclama en la Bula Ineffabilis Deus como de Fe Divina y revelada que la Santísima Virgen María fue preservada de la culpa de Adán -del pecado- desde el primer instante de su Concepción. 

Los Padres de la Iglesia y los grandes teólogos ya defendían esta Verdad de Fe. Y a la hora de proclamar el Dogma, el pueblo español tuvo gran parte en esta definición dogmática. Y las tropas españolas recibieron la protección de María Inmaculada en la Batalla de Embel el año 1585. Las tropas de los Países Bajos iban venciendo a España hasta que un soldado tropezó en tierra con una Imagen de la Virgen a la que entronizaron como la Inmaculada y se encomendaron a Ella con grandes rezos y plegarias. De esta forma por la noche los tercios españoles avanzaron por sorpresa y les derrotaron.

Por todos estos motivos la Inmaculada Concepción es Patrona de España junto con el Apóstol Santiago. Y por ello la Santa Sede concedió a nuestro país celebrar con el color azul esta Solemnidad. También permitió, dentro del privilegio, que cada vez que cayese el 8 de diciembre en domingo como este año en España, se celebre la Inmaculada y no el II Domingo de Adviento.