Nuestra Señora de Las Viñas, Patrona de Aranda y la Ribera del Duero

En torno a la Natividad de Nuestra Señora que celebramos cada 8 de septiembre, surgen diversidad de Advocaciones Marianas. Hoy, XXIII Domingo del Tiempo Ordinario, recordamos a Nuestra Señora La Virgen de las Viñas. Según cuenta una antiquísima tradición, en el siglo VII, cerca del pueblo de Quintanilla de las Viñas, en Burgos, se levanta un Monasterio Benedictino en honor a Santa María de Lara.

En el siglo XI ante la dominación musulmana se abandona la Abadía llevando la Imagen de la Señora. Cerca de Aranda de Duero, en las inmediaciones del Monte Costaján, se esconde para evitar su profanación. Un tiempo más tarde, un labrador del pueblo cuando iba a trabajar la viña vió a La Virgen que le habló de la existencia de esta Imagen para que la sacasen y le diesen el culto debido. Como prueba le dio un racimo de uvas maduras, cuando no era su tiempo.

Entonces se levantó una pequeña ermita que ha llegado hasta nuestros días. No existe certeza si la Señora se llamaba ya Virgen de las Viñas, aunque los historiadores dicen que se le puso este nombre cuando apareció en el viñedo. Siempre el Ayuntamiento ejerció la tutela sobre la Ermita. La imagen venerada es del siglo XIV, por lo que nada tiene que ver con la del los siglos VII y VIII. En los siglos XVI y XVII surge la moda de vestir a los Iconos.

En el caso de la Virgen de las Viñas, es de estilo gótico en posición tallada en madera policromada. A sus puies se encuentra el Mediquín -diminutivo de médico- al más puro estilo del Niño Jesús y que representa a un médico que, en una pandemia, apareció misteriosamente y curó a todos los infectados. El edificio para por varias fases hasta llegar a nuestros días. Cada año, Aranda y su Ribera honra a su Patrona La Virgen de las Viñas, el domingo siguiente al 8 de septiembre.