Nuestra Señora de Lourdes
Fue el 11 de febrero del año 1858, cuando la Virgen se apareció en un pequeño pueblecito francés a una niña llamada Bernardette Subirous, que con el tiempo alcanzó la santidad
Madrid - Publicado el
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Dios siempre se hace presente en la vida del hombre para recordarle o hacer hincapié algún aspecto de la Revelación reflejado en la Tradición, la Sagrada Escritura, o el Magisterio de la Iglesia. Hoy recordamos a Nuestra Señora, la Virgen de Lourdes, que muestra la ayuda de Dios a los hombres en su camino de perfección, ante las dificultades surgidas. Por eso es también la Jornada Mundial del Enfermo.
Fue el 11 de febrero del año 1858, cuando la Reina del Cielo se apareció en un pequeño pueblecito francés –Lourdes- a una niña llamada Bernardette Subirous, que con el tiempo alcanzó la santidad. La propia joven, escribió más tarde en una carta cómo un día iba con otras dos niñas a recoger leña a la orilla del río Gave. Entonces oyó un ruido y al volver la mirada vio a una Señora vestida de blanco, con un cinturón azul celeste, y dos rosas amarillas encima de cada uno de los pies.
Después de hacer la señal de la Cruz, ella empezó a rezar el Rosario, mientras la Virgen desgranaba las cuentas, desapareciendo después. Tras varias apariciones, pidió a Bernardette que le construyeran allí una Capilla, surgiendo también un manantial cuando excavó la niña por orden de la Señora. Varias veces le preguntó quién era, hasta que un día le dijo: “Yo soy la Inmaculada Concepción”.
Desde entonces Lourdes se ha convertido en uno de los centros marianos más importantes de peregrinación donde acuden muchos enfermos que, sanan de sus dolencias, aprobando la Iglesia estas apariciones. En el presente 2022 se cumplen 164 años de estas apariciones, donde el Señor, por mediación de su Madre, quiere poner de relieve su cercanía a los hombres más enfermos y necesitados, tanto espirituales como humanos.