Nuestra Señora de la Paz Madre de duzura, y San Francisco de Sales, Patrono de los periodistas

Nos encontramos en un apéndice de la celebración de ayer con San Ildefonso. En este jornada la Iglesia de Toledo fijó en el calendario la Virgen de la Paz, evocando el Título con que consagró la Catedral Primada cuando los cristianos protestaron contra Alfonso VI el año 1085 por cederles la Seo para su culto. Como no estaban de acuerdo, oraron de forma que, pacíficamente, consiguieron recuperar para el culto el templo catedralicio. Y esa paz en este título bien puede transmitirse en las Cartas de San Francisco de Sales. 

Este hombre nacido en 1567 en Saboya al pie de los alpes, de pequeño era de salud frágil. Pero los cuidados de su familia le fueron robusteciendo a medida que crecía. Dada la sintonia con los libros marcha a estudiar a París en Francis y luego a Padua, la cuna de San Antonio. Después de ser canónigo es nombrado obispo auxiliar de Ginebra. Su situación venía marcada por la realidad del protestantismo en Suiza. 

Dentro de la Reforma Luterana, allí había impactado brutalemente el Calvinismo. Su disfusor Juan Calvino defendía que además de la Fe sin obras el hombre vivía bajo la doctrina de la predestinación. Según este error Dios creaba algunos hombres para salvarles y otros estaban abocados fruto de un fatalismo divino a la condenación. Esto llevó al sufrimiento y a la lucha del obispo contra sus compatriotas con la correspondiente Cruz.

Pero Francisco nunca se cansaba en alentar a aus fieles a los que escribía cartas. Estas las llevaba a las casas de noche y las dejaba debajo de la puerta. Esto le valió ser el Patrono de los periodistas. También fue el santo de la dulzura ya que su carácter brusco en la infancia se le fue moderando hasta ser dulce.