Nuestra Señora la Virgen de la O

La Fiesta queda insitituida en el año 656 en el X Concilio de Toledo. Es San Ildefonso el que toma parte en pedir que se insitiucionalice esta celebración. El motivo es que como la Solemnidad d ela Encarnación del Señor era el 25 de marzo y quedaba encuadrada en la Cuaresma, este Tiempo Penitencial por excelencia eclipsaba la grandeza del Misterio del Verbo que se hace Hombre en las Purísimas entrñas de la Virgen María. Por eso hace que la Virgen de la O sea un complemento a la Anunciación. Siempre que se espera un gran acontecimiento surge la emoción previa en una gran espera. El Pueblo de Israel tenía por costumbre vivir especialmente las vigilias con una intensidad tan grande casi como el día en sí de la celebración. Este es el caso d ela Virgen que, unida a los piadosos israelitas, recita el Ven Señor y que las nubes destilen al Justo, al tiempo que se prepara especialmente ya que Ella le lleva en sus entrañas. El nombre de la O viene debido a las antífonas de las Vísperas en el Oficio donde se exclama ante la expectaciín de toda la Creación con un ¡Oh!: ¡Oh Llave de David!¡Oh Adonaí!¡Oh Cetro de Israel!... Y así hasta completar los ocho días que desembocan en la Misa de la Medianoche el 24 de diciembre, popularmente denominada Misa del Gallo.

Iconografía: Se representa a la Virgen a punto de dar a luz al Fruto Bendito de su vientre y en otras se refleja en su seno al Niño Jesús.