El Santo de hoy: Octava de Navidad (IV), los Santos Inocentes mártires por el Mesías
Madrid - Publicado el
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El Señor recordó que hay que hacerse como niños para entrar en el Reino de los Cielos. Estamos en el IV día de la Octava de Navidad. Seguimos viendo a Dios hecho criatura en un Portal. Contemplamos cómo llora en un Pesebre el Autor de la vida y la alegría. Vemos Pobre al que es la única Riqueza que puede colmar las aspiraciones de los hombres, tal y como recuerda San León Magno, en sus reflexiones para estos días .
El Misterio de Belén hace que revivamos de las cenizas, porque antes estábamos muertos por el pecado y ahora somos hijos en el Hijo. En medio de la noche Dios irrumpe en la historia de la humanidad para mantenernos despiertos ante su Venida definitiva al final de los tiempos. Mientras tanto, nos invita a prepararnos con el mismo corazón que María y José en el establo. Y dentro de esta estampa navideña, recordamos hoy también a los Santos Inocentes, pequeños y mártires reuniendo la corona de la pequeñez y el martirio.
San Mateo cuenta en el Evangelio cómo Herodes monta en cólera porque los Magos venidos de Oriente no vuelven a su Palacio de Jerusalén para contarle dónde se encuentra el Rey de los Judíos, tal y como acordaron. El monarca toma al Niño Jesús por un rival que cuando crezca le quitará el puesto a él y sus descendientes. Y la no respuesta de los visitantes extranjeros, le hace pensar que son parte del complot contra él.
Es cuando manda matar a todos los niños menores de dos años en Belén y sus alrededores, tras asegurarse de sus nombres, aprovechando el censo de Augusto para todas las Provincias del Imperio. Entonces los guardias obedecen las órdenes para que se cumpla lo dicho por el Profeta: “Una voz se oye en Ramá: lamentación y gemidos grandes. Es Raquel que llora a sus hijos y rehúsa el consuelo porque ya no existen”. La Fiesta comenzó en el Norte de África extendiéndose el siglo V a todo el orbe.