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El Apocalipsis habla de la Muralla que tenía doce puertas con doce nombres que son los Apóstoles del Cordero. Hoy celebramos al Apóstol San Bartolomé, uno de los miembros del Colegio Apostólico. Tal y como cuentan los Evangelios, Cristo después de pasar la noche en oración, llamó a sus discípulos y eligió a Doce de ellos para que estuviesen con Él. Entre estos se encuentra San Bartolomé.
Según cuenta el Evangelio que escribió San Juan, Felipe fue uno de los que siguió al Señor, y cuando encontró a Natanael –también llamado Bartolomé-, oriundo de Caná de Galilea, le dijo: Aquel de quien los Profetas escribieron, lo hemos encontrado, Jesús, hijo de José de Nazareth. ¿De Nazareth puede salir algo bueno? Ven y lo verás. Cuando el Maestro le ve, dice: Ahí tenéis a un israelita en quien no hay engaño.
¿De qué me conoces? Antes de que Felipe hablase contigo, te ví debajo de la higuera. Rabí: Tú eres el Mesías Esperado, el Hijo de Dios. Cristo, entonces, le responde: ¿Por haberte dicho que te vi bajo la higuera crees? Has de ver cosas mayores. En verdad en verdad os digo: Veréis el Cielo abierto y a los ángeles bajar y subir sobre el Hijo del Hombre. Los demás evangelistas señalan su nombre en el momento de enumerar los discípulos que fueron escogidos especialmente por Cristo para estar con Él.
Su pertenencia al grupo de los Doce Apóstoles le hace ser también testigo de la Resurrección del Señor y de su Ascensión al Cielo. Los Hechos de los Apóstoles le sitúan con el resto del Colegio Apostólico perseverando con María en la Oración a la espera de la Venida del Espíritu Santo. San Bartolomé morirá mártir en la India donde predica la Buena Nueva. Según la tradición, las autoridades indias decretan que sea desollado.