San Gedeón, juez humilde
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El ser humano es el que tropieza setenta veces en la misma piedra. Pasa en toda la historia de la humanidad y en la misma Sagrada Escritura en la trayectoria del Pueblo Elegidio. Iniciamos septiembre con la festividad de San Gedeón, Juez israelita en el A.T. XII siglos antes de Cristo, Israel se apartaba del Señor y convivía con los pueblos paganos que terminaban por dominarle. Cuando se arrepentían de su error, Yavé suscitaba Jueces que les defendían.
En el caso de Gedeón, éste procede de la Tribu de Manasés y Dios se fija en él para librar al pueblo israelita del acecho de Madián. Ante la llamada del Cielo, Gedeón pide dos pruebas de que es la Providencia la que le elige, y que le son concedidas: El vellocino seco y la era mojada, y viceversa. Yavé tiene que mostrar también su Poder y en su misericordia deja que los demás le pidan y Él todo lo hace para que crean que es realmente el Señor.
Una vez convencido Dios le pide seleccionar a los hombres que acuden con dos momentos. En el primero proclamando a viva voz que se vayan los que tengan miedo, mientras en el segundo deja para luchar a los que, en la fuente, lengüetean como los perros. Cuando se va la mayor parte, el juez piensa que son muy pcos y la providencia le señala que así se notará que es la Mano Divina y no la de los hombres.
Así se quedan 300 personas: 100 llevan cántaros con antorchas, otros 100 trompetas y los restantes, espadas. Curiosamente los madianitas tieen un sueño al atardecer donde ven un pan que arrasa con todas las tiendas del campamento. Al anochecer cuando Madián duerme son derrotados por Israel, al grito de ¡Por Yavé y por Gedeón! Los madianitas huyen despavoridos al oír las trompetas y la rotura de cántaros, y son esperados por las espadas en el puente.