San Jacobo Berthieu, mártir de la Compañía de Jesús
Santo jesuita francés, sacerdote y misionero en Madagascar. Murió por la fe cristiana durante la rebelión de 1896.
Madrid - Publicado el
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Hoy la Iglesia nos presenta a San Jacobo Berthieu, uno de los vencedores con Cristo en medio de las duras batallas.
Cada una de las espiritualidades de la Iglesia en forma de dones, ayudan a otros a acercarse a la Fe, o si ya están, a profundizar en ella. Hoy, por ejemplo, la Iglesia nos presenta a San Jacobo Berthieu, uno de los vencedores con Cristo en medio de las duras batallas, gracias al testimonio de quienes le rodeaban. Nace en Francia el año 1838. Tras estudiar en el Seminario de su Diócesis natal -Saint-Flour- se ordena sacerdote y es destinado a una Parroquia.
El carisma de San Ignacio de Loyola entra en su vida y se siente atraísdo por él, ingresando en los jesuitas. De esta forma se forja en un periodo de preparación espiritual, intelectual y humana. Poco después, desde la Compañía de Jesús, Jacobo Berthieu es enviado como misionero a Madagascar. Ahí se pone a prueba su fortaleza y firmeza en la Fe. El contexto que le toca es de guerra franco-malgache, pero él no deja de anunciar con insistencia el Evangelio.
Incluso insiste con más ahínco en ello, a tiempo y a destiempo como pide San Pablo en sus Cartas. También ayudó a los más desfavorecidos evacuando a muchas personas que sufrían espiritual y humanamente. Sabía que todo eso le ponía en el disparadero, pero no le importaba en absoluto. Todo lo podía en Aquel que le confortaba, que es Cristo, como señala también una vez más el propio San Pablo.
Un día es interceptado y apresado por guerrilleros que le obligan a abandonar la Fe, a lo que él se niega, alegando su fidelidad a Cristo hasta el final. Ante esto es condenado a muerte cruel, infringiéndole muchos suplicios y arrojándole después al río Maraná en el año 1896. San Jacobo Berthieu fue beatificado por el Papa San Pablo VI y canonizado por el Pontífice emérito Benedicto XVI en 2012.