San Jenaro, obispo, taumaturgo y mártir
Madrid - Publicado el
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Dios siempre muestra signos y obras que prueben la Santidad de vida de quienes han alcanzado la Corona Eterna. La Iglesia, nos presenta hoy a San Jenaro, en quien se muestras Signos evidentes de su Salvación en Cristo. Su vida se desarrolla entre finales del siglo III y principios del siglo IV. Consagrado Obispo, ocupa la Sede Episcopal de Benevento en Italia. Por entonces, arrecia la persecución de los emperadores romanos contra los cristianos.
Ellos endurecen las detenciones y la tortura a los servidores del Evangelio, porque quieren eliminarles de todo y se enfurecen cuando ven que no lo logran, ya que cada vez crece más el número de seguidores del Señor Jesús. En una de las redadas, cae también Jenaro, quien, muere mártir por confesar su Fe en Cristo. Más tarde, en el siglo IX, sus reliquias fueron trasladadas a Benevento y, posteriormente, al Monte de la Virgen.
Pero sería a finales del siglo XV cuando encontraron su sepulcro definitivo en la Catedral de Nápoles. Así cumplieron los napolitanos en 1608 un voto que habían hecho en 1527 cuando una peste azotó esa región, pero el Santo intervino, librando a la ciudad de sus consecuencias nefastas. De la misma forma que ocurre con San Pantaleón en Madrid el 27 de julio, en Italia en torno a este Santo, su Sangre se licúa tres veces al año.
La primera tiene lugar el sábado anterior al primer domingo de mayo, fecha en que se conmemora la traslación de sus reliquias a la ciudad de Nápoles. La segunda fecha es tal día como hoy, 19 de septiembre, su memoria litúrgica. Por fin el 16 de septiembre en recuerdo del azote del Vesubio. Este volcán estaba en erupción y amenazaba con sepultar bajo lava a aquellos habitantes que se libraron por la intercesión del Santo.