SANTORAL 19 ENERO
El jesuita al que más temieron Enrique VIII y los anglicanos
Juan se convirtió al cristianismo fuera de Inglaterra. Al volver, el anglicanismo le persiguió, lo ahorcó y quiso borrarlo de la historia
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Hoy el Santoral nos lleva al mundo anglosajón y a la Compañía de Jesús. La situación nos deja en torno a la historia de Inglaterra en la que Escocia vive desde la Fe católica fiel a Roma y en un punto en el que se fragua el cisma anglicano de Enrique VIII. Ahí entra en escena nuestro Santo de este día, San Juan Ogilvie.
Su nacimiento se sitía en Escocia el año 1579. Cuando tiene 14 años, se marcha a estudiar a Francia donde se acerca al catolicismo. Su afán de estudio le guía por universidades tan afamadas como Lovaina y Ratisbona. En medio de esta ambiente intelectual encuentra que Dios le pide no sólo su conversión, sino también su consagración a Él. Es por lo que ingresa en la Compañía de Jesús.
Todo este periodo requiere su formación espiritual y humana, por lo que estudia Teología y se prepara para seguir el camino que la Providencia le trace. Cuando retorna a Escocia, aunque Inglaterra perseguía los católicos, Juan se mantiene en el anonimato pudiendo desarrollar una difusión de la Fe bastante cómoda ya que nadie le observa, hasta que un día se imponen leyes de restricción a los católicos y Juan es apresado. Ahí queda su consuelo a los necesitados y su visita a quienes se encuentran en la cárcel.
Pero la envidia floreció y no faltó en la oscuridad la denuncia de los clérigos protestantes que dieron con Juan en el tribunal donde compareció acusado de traición, motivo por el cual fue condenado a morir en la horca. Esa misma tarde se cumplió la sentencia y Juan fue enterrado lo antes posible con la idea de que su nombre se borrase cuanto antes de quienes le vieron predicar o se beneficiaron del consuelo espiritual que daba. Fue canonizado por Pablo VI en 1976.