San Lesmes, el abad que asentó su vida contemplativa en Burgos

En los Hechos de los Apóstoles hay un Pasaje en el que Felipe es llevado por el Espíritu hasta un eunuco al que explica algunos momentos del Antiguo Testamento. Tras bautizarle el Espíritu se lleva al Apóstol a otro lugar donde seguir predicando. El Papa habla de este Apóstol como “callejero” en el sentido de que va a merced de donde Dios le precisa. Esto el suce al Santo de hoy San Lesmes. Un francés nacido en Loudin en el inicio del siglo XI y que procede de familia noble. Sus padres y allegados poseen muchas riquezas en cuanto a territorios y lo que hoy serían latifundios. Pero Lesmes ha profundizado en el Pasaje de la Carta del Apóstol Santiago que dice que “quien quiere ser amigos de las cosas del mundo, termina por ser enemigos de la cosas de Dios”. Esto le ayuda a descubrir su vocación a la vida contemplativa y a desprenderse de los bienes familiares. Cuando quiere dilucidar bien su carisma peregrina a Roma y en el camino encuentra a San Roberto en el Monasterio Chaise de Die. Le parece que va a ser su lugar, pero quiere asumir el compromiso de ir a la Ciudad Eterna como había y una vez allí descubrir si ese es su sitio de verdad. A su vuelta ingresa en el lugar señalado donde será maestro de novicios con grandes frutos. Constanza de Borgoña, esposa de Alfonso VI le pide que vaya a Burgos. Lesmes acepta y funda allí un nuevo Monasterio del que será Abad hasta su muerte en el año 1097.