Madrid - Publicado el
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La Virgen siempre ha estad presnet en la vida y expansión d ella Iglesia. Por eso Ella ha sido siempre la Estrella de la Evangelización y así lo han sentido los Santos. Hoy celebramos a uno de ellos: San Marcelino Champagnat. Lyón, en Francia, vería nacer a comienzos de la Revolución Francesa, el año 1789, a este Santo. La educación que su madre le proporcionó a él y a los otros nueve hijos, estuvo inmersa en la Fe y la coherencia de vida, dentro de unos tiempos nada favorables a ello.
De hecho, la etapa del Terror en la agitación se acercaba y la gente se había convertido en la chusma alborotada e irascible, deseosa de sangre por las calles de la capital parisina. Después de estar sus tres últimos años de estudio en el Seminario lyonés, ordenándose sacerdote el 16 de junio de 1816. Allí había conocido al Santo Cura de Ars en ese momento de formación con no pocas dificultades para Vianney.
Al día siguiente de su compromiso sacerdotal, marcha con un grupo de sacerdotes a Nuestra Señora de Fourvière, consagrándose a la Virgen, un hecho clave ya que de aquí surge el compromiso de fundar la Sociedad de María, también llamada Hermanitos de María, o Maristas de la Enseñanza. Dentro de ella, pensó en una rama de Hermanos dedicados al cuidado y a la educación de los niños, especialmente con los que vivían en zonas con menos posibilidad de formación.
Y es que Champagnat, definía la ignorancia como la peor lacra del hombre porque, a través de ella, el pecado puede enquistarse más en el corazón humano. En menos de un siglo se difundió con total rapidez por el Viejo Continente, saltando al resto del mundo. Su compromiso educativo integral a nivel cristiano y humano es la nota característica del carisma de este San Marcelino Champagnat que morirá en junio del año 1840.