San Marcelo: El Santo que cambió su autoridad por el poder de Cristo

Predicar con el ejemplo es una de las aptitudes que mejor cuadran con el Evangelio y la Doctrina de la Fe. Ese testimonio ha generado a generaciones de Santos que se han visto reflejados en el camino de la Salvación gracias al aliciente y testimonio de sus padres y antepasados. Hoy, miércoles 30 de octubre, y penúltimo día del mes, es la festividad de San Marcelo. 

Es padre de los también Santos Claudio, Lupercio y Victorico que conmemoramos también en esta jornada. Perteneciente a la Legión VII, León, en Hispania, bien pudo ser el escenario donde transcurre su proceso por ser cristiano en España, ante el gobernador Fortunato. La situación no quedaría ahí y llevaría serias consecuencias sobre sus persona. Y es que, posteriormente, sería trasladado a Tánger, ante el procurador Aurelio Agricolano.

En el informe se hace constar su pertenencia a la Fe cristiana, y cómo había arrojado su cinturón y bastón de mando sobre sus subordinados, renunciando a todo por el Evangelio. Eso que muchos prefirieron no hacer llegando a apostatar, pero que personas como Marcelo se atrevieron, aun costando el derramamiento de su sangre y el desprestigio del Imperio Romano.

A pesar de que el resto de la tropa ofrezca sacrificio a los dioses, implorando su protección sobre el Emperador, Marcelo se reafirma en su condición de discípulo de Cristo, por lo que el procurador de Tánger le condena a morir decapitado. Así, muestra la Iglesia, una vez más, el ejemplo de un mártir que muere y da la vida por el Reino de los Cielos, alentando a la comunidad cristiana. Junto a él caen sus hijos sabiendo que morían a los bienes terrenales y hedonistas de la tierra, pero que tendrían un tesoro en el Cielo.