San Mario, ejemplo de fortaleza

San Mario, ejemplo de fortaleza

Jesús Luis Sacristán

Madrid - Publicado el

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El cristianismo prende en todo el mundo desde Jerusalén. Muchos siguen las huellas del Maestro, llegando hasta la muerte por el Reino de los Cielos. Conmemoramos en este día a San Mario. De origen persa, se dedicaba al comercio, en medio de un ambiente familiar muy cristiano. Precisamente, viaja Roma en clave de peregrinación junto a su esposa, llamada Marta, y sus dos hijos. La situación es muy delicada.

El motivo es que la Ley Romana persigue hasta la muerte a los seguidores del Nazareno. Allí visitarán el Sepulcro de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, Columnas de la Iglesia, cuando gobernaba Claudio II. Este espíritu de piedad se traducía en sus muchas obras de caridad, entre las que destacaba la visita a los cristianos encarcelados, a punto de sufrir el martirio, confortándoles y orando con ellos para pedir la ayuda del Cielo.

Era una verdadera obra de misericordia. Pero la Luz de la Fe que no puede quedar oculta, tampoco permaneció escondida para los romanos que, pronto descubrieron en Mario y su familia, la condición de seguidores de Cristo. Después de detenerlos por orden del propio emperador, les invitan a abandonar la Fe, para aceptar la religión imperial y librarse de padecer. Pero ellos se mantienen incólumes en el Señor Jesús.

Entonces les entregaron al prefecto Musciano con la intención de que les atormentase y después les diese muerte. Así torturan a Mario y los hijos delante de Marta, mutilándoles y abrasándoles con hachas encendidas, prolongando sus suplicios. Sin embargo, todos sintieron la fortaleza del Espíritu, y no tuvieron miedo. Por ello son conducidos hasta la Vía Cornelia, donde San Mario y sus compañeros murieron decapitados, cuando era el año 272.