San Pedro Poveda y mártires españoles del siglo XX, semilla de Fe

La Sagrada Escritura en el Libro del Apocalipsis presenta a esa multitud que ha venido con vestiduras blancas porque han blanqueado sus ropas en la Sangre del Cordero. Es lo mismo que conmemoramos desde 2010 cada 6 de noviembre: San Pedro Poveda Castroverde, Inocencio de la Inmaculada y mártires españoles. Durante el siglo XX hubo religiosos como Pedro Poveda que trabajaron en las necesidades de los más marginados, fundando para ellos la Institución Teresiana.

Con esto contribuía a la faceta educativa de la Iglesia en bien de los que no sabían leer ni escribir. La atención de los pastores era en bien del ámbito espiritual y humano de las almas. Su apostolado le hizo ser descubierto y detenido en Madrid. Finalmente sería fusilado. También está San Inocencio de la Inmaculada, pasionista cuya vida fue dedicada a meditar en la Pasión del Señor, siguiendo las normas de San Pablo de la Cruz, fundador de esta Orden.

Como ellos, muchos fueron los cristianos sacerdotes, religiosos y laicos que sufrieron por el Evangelio. Su vida fue ser fieles predicadores del amor de Dios que nunca pasa y que está dispuesto al perdón y la misericordia. Durante su ministerio y apostolado, llegan los años 30 envueltas en un clima raro donde se persigue toda dimensión social de la Fe. Desde ese momento estos grupos apostólicos son perseguidos hasta ser detenidos y asesinados.

Todos ellos mueren entregando su vida a Dios y perdonando a sus captores. Por eso se inscriben en el Libro de la vida como Santos y Beatos Mártires. Su celebración es varios días después de la Solemnidad de Todos los Santos. Se ponen algunos nombres para identificar a algunos de los que dieron vida con nombre y apellidos concretos a los que se unieron un innumerable grupo de religiosos y laicos cristianos.