San Urbano V, gran impulsor de la iglesia
Madrid - Publicado el
1 min lectura
Muchas veces los Santos han de tener la capacidad de los Profetas de la Antigua Alianza para acompañar a los hombres al Destierro y alentarles en al esperanza de la Salvación. Hoy recordamos al Papa San Urbano V. En su vida le tocó uno de los momentos más convulsos de la iglesia en el Medievo decadente. Nacido en Languedoc (Francia) el año 1310, cursa estudios universitarios, ingresando en un Convento Benedictino.
Superior de los principales Monasterios de esta Orden en el país galo, fue Nuncio de los Pontífices durante su estancia en el Destierro de Avignon. Estando en Nápoles, le llega la noticia de que ha sido elegido nuevo Papa. En pocos días será consagrado Obispo y coronado como Pastor de la Iglesia Universal. Preocupado por vivir en la más absoluta austeridad, anima a todo su séquito a ser un verdadero testimonio de vida cristiana.
Empeñado en que este ideal se consiguiera, hace nombramientos eclesiásticos a través de las personas de probada virtud. En un gesto de impulsar un mayor nivel cultural en el pueblo, trata de que mejoren las posibilidades de formación, creando una academia de medicina. Gran impulsor de la Evangelización, cuenta con los dominicos y los franciscanos para anunciar la Buena Nueva en países de la actual Europa del Este.
Lo hace cogiendo a las dos Órdenes Mendicantes, que son el pilar de la Iglesia de aquel tiempo. Pronto tiene ocasión de ir a Roma, donde contempla con tristeza el deterioro de los monumentos de la Ciudad Eterna. Sacando fuerzas y con la ayuda de Dios, vuelve a fijar Roma como residencia de los Papas. Las revoluciones hacen que salga de nuevo a Avignon. El Papa San Urbano V muere en el año 1370.