SANTO 5 FEBRERO
Santa Águeda defensora de su dignidad como esposa de Cristo
Hoy recordamos a Santa Águeda, joven romana que murió en los primeros años de su juventud.
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Estos primeros días del mes de febrero abundan en Santos muy populares en torno a la Presentación del Señor que es como la cúspide de cada uno de los Santos de esta primera quincena. Y es que si el lunes celebrábamos a San Blas, Obispo muy popular en el calendario cristiano, la Santa de hoy no lo es menos. Se trata de Santa Águeda.
Nacida en Catania, procedía de una familia muy distinguida. Dios le había adornado con grandes dones y una hermosura singular. Sin embargo, ella vivía el consejo evangélico de atesorar tesoros en el Cielo, donde no hay polilla ni carcoma que se los coman. Por ello renunciaba a todo lo que pueden ser las pompas mundanas. Coincidiendo con la persecución de Decio contra los cristianos, el Senador Quintianus, reparó en la belleza de aquella adolescente.
Llevada a su presencia, el Prefecto quiso poseerla, pero ella adujo su condición de esposa de Cristo, el Único al que se debía. Fue entonces cuando fue puesta en las manos de una malvada mujer, con intención de disuadirla del camino que había tomado, pero la joven permaneció firme, por lo que sufrió multitud de suplicios con intención de humillarla, pero Águeda mostró su entereza defendiendo siempre su integridad espiritual y humana. Y nada ni nadie le pudo apartar.
Finalmente fue arrojada a unos carbones encendidos en Catania (Sicilia), donde murió, siendo merecedora de la doble corona: la de la virginidad y la del martirio. El suplicio de la Santa está representado en una pintura que tiene la Iglesia dedicada a ella en Roma. Su nombre forma parte del martirologio y se encuentra incluido en el Canon Romano, que es la Plegaria Eucarística I que se encuentra en el Misal.