Santa Escolástica, alma gemela de San Benito

Santa Escolástica, alma gemela de San Benito

Redacción Religión

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Dios envía Dones que iluminen a los hombres. Esas Luces impactan de tal manera en muchas almas que sacan de ellas lo mejor para Él y para los hombres. Hoy celebramos a Santa Escolástica, muy unida al Señor. Hermana de San Benito, nace en Nursia el año 480. Pero no solamente les unieron los lazos de sangre, sino también los vínculos fraternos en el estilo de vida, con un seguimiento especial al Esposo.

Y es que si Benito se dedicó por completo a la vida monástica con la fundación de Monte Casino, Escolástica impulsó otro convento de mujeres a los pies del citado lugar, siguiendo la misma Regla Benedictina del “ora et labora”. El espíritu de piedad traducido en las mortificaciones que ambos hermanos realizaban siempre, se traducía en las pocas visitas que se hacían, aun viviendo ambos muy cerca.

No obstante, cada encuentro que mantenían se alargaba porque hablaban de temas místicos y espirituales. Pocos días antes de morir la Santa, acudió Benito a verla y ella le intentó retener en vano, porque él no quería, alegando que no le estaba permitido eso. Sin embargo las súplicas de ella, desencadenaron una tormenta que le impidió a Benito salir de allí, de tal forma que cuando le pidió explicaciones disgustado, Escolástica le contestó: “Tú te negaste a quedarte conmigo, pero se lo pedí a Dios y Él escuchó mis ruegos”.

El Santo monje que no quería quedarse por voluntad propia, no tuvo más remedio que hacerlo a la fuerza. Así pasaron la noche hablando nuevamente del Amor de Dios que tanto les inflamaba su corazón y tanta paz les daba siempre. A los tres días vio como una blanca paloma que subía al Cielo, comprendiendo que era el alma de su hermana, cuyos restos hizo sepultar en el lugar que tenía dispuesto para él.

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