Santa Juliana, fiel a su desposorio místico

Redacción Religión

Publicado el

2 min lectura

Dios siempre protege a sus hijos y les blinda cuando se presentan ocasiones de peligro. Hoy celebramos a Santa Juliana, custodiada por la Providencia ante el paganismo creciente. Su vida transcurre entre los siglos III y IV. Es hija de padre pagano, experto en Derecho, adorador de los dioses de Roma y perseguidor de los cristianos. La madre, por su parte es agnóstica y se siente indiferente a toda forma de religiosidad.

En este marco, ella se bautiza secretamente, haciendo un voto de consagración a Cristo, optando por no contraer matrimonio nunca. Pero no faltan las pruebas que surgen en el camino de la vida. Porque pronto comienza a fijarse en ella un joven senador de nombre Eluzo, incluso el padre de la joven, ya ha decidido dársela por esposa. Juliana le pide un grave compromiso: Que sea Prefecto de la ciudad de Nicomedia.

Así pensó ella que nadie se daría cuenta de su compromiso cristiano. Sin embargo, el poder del dinero y las trampas llenaron a aquel joven a conseguirlo y gobernar la ciudad. Fue cuando ella le abrió su corazón confesando su Fe, confiando en que no lo contaría nunca a nadie. Pero el senador tan pronto como pudo, informó al padre y le puso al corriente de todo lo que tenía entre manos su prometida.

Éste, montando en cólera, obligó a su hija para que dejara sus creencias, lo cual fue en vano. Y es que Juliana dejó claro que no tendría inconveniente en ser la esposa del gobernador si su pretendido se convertía. En un gesto de falsa bondad, el padre manda a su hija a la cárcel, razonando equivocadamente que reflexionará y abandonará su aptitud. Pero Santa Juliana sale reforzada de la cárcel, entregando la vida por Cristo en el martirio el año 308.

Temas relacionados