Santa Margarita María de Alacoque, contemplativa del Amor Divino
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Dios siempre ha querido manifestar su Misericordia a los hombres para que alcancen la Salvación. Hoy recordamos a Santa Margarita María de Alacoque, cuya vida fue profundizar en el trato personal con el Señor, difundiendo su Bondad a los demás. Nacida en 1647 en Autun (Francia), zona que estaba enmarcada, entonces, en territorio español. Cuando todavía era pequeña, pierde a su padre, y la madre pone al servicio de la familia del padre las tierras.
Esta decisión le trae bastantes disgustos, sobre todo en los malos tratos que daban a los niños. Sin embargo Margarita, que ya se había consagrado al Señor, aceptaba con serenidad esta situación, comprendiendo que todo esto no caería en saco roto dentro de los planes que Dios tenía. Por este motivo, al hacerse mayor, rechazó toda posibilidad de matrimonio, alegando que había decidido entregarse por completo a Dios. Esto quedó también muy claro entre quienes le rodeaban.
Teniendo por seguro que su camino era ser Religiosa, estuvo un tiempo viendo qué Congregación era en la que ella debía ingresar, hasta que descubrió su carisma en la Orden de la Visitación, fundada en honor de la Virgen, por Santa Juana Francisca de Chantal y San Francisco de Sales. Por eso al entrar, añadió a su nombre el de María, debido también a la Devoción que poseía a la Reina de los Cielos y tierra.
Ardiendo en deseos de estar lo más unida posible a Cristo, tuvo diversas apariciones, fruto de su experiencia de Fe, manifestada en la Oración y la experiencia mística. En ellas, le mostró su Divino Corazón, herido a causa de los pecados de los hombres, que no corresponden a su Amor Misericordioso. Ella, por su parte, extendió esta Devoción al Sacratísimo Corazón de Jesús, algo que se ha afianzado a lo largo de los siglos, hasta llegar a nuestros días. Santa Margarita María de Alacoque muere en el año 1690.