Santa Margarita María de Alacoque: transmisora del amor de Dios a los hombres

Dios siempre se recrea en las almas místicas que viven una experiencia profunda con Él desde la fe y la contemplación. Son sus mejor emisarios para llevar su mensaje de Amor y de paz. Así le pasó a la religiosa de este 16 de octubre porque hoy celebramos a Santa Margarita Mª de Alacoque. Nace en Autun (Francia) el año 1647. 

En su empeño por alcanzar la perfección espiritual, ingresa en el Convento de la Visitación de Paray Le Monial. La Eucaristía y el Rosario fueron las dos fuentes de su trato diario con el Señor y la Virgen. Al igual que le pasaba a Santa Teresa de Jesús mostraba ese itinerario místico de la vía purgativa para purificarse del pecado, la vía iluminativa que te da la luz para encontrar el camino de la Fe y la vía unitiva patra tener la perfecta unión y unidad con el Señor.

En un gesto precisamente, de suprema unión con Cristo, el Divino Corazón de Jesús se le apareció mostrándole su Amor a los hombres, un Amor que no encuentra muchas veces la respuesta debida. De esta forma, se preocupó de que la devoción al Sagrado Corazón se extendiese por toda la Iglesia y encontrase cabida por todo el mundo.

El Señor le ofreció en sus apariciones tres maneras para alcanzar la santidad de vida: la pureza de costumbres y la rectitud de conciencia, así como la obediencia a los superiores y la Santa Cruz como el mejor consuelo ante las dificultades que pudiesen surgir. Así se asemejaría al Divino Esposo que, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios, sino que se despojó de su rango. Ella siempre repetía: “Nada quiero de Cristo más que su Pasión y su Cruz. Esto me basta para ser una buena Religiosa”. Muere el año 1690.