El Santo del día: Santa Teresita del Niño Jesús, mística y misionera de corazón
Madrid - Publicado el
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Iniciamos el mes de octubre con la festividad de Santa Teresita del Niño Jesús, que alcanzó la madurez mística y espiritual a corta edad. Nacida en Alençon (Francia) el año 1873, siente desde muy joven la llamada del Señor a la vida contemplativa. Para ello le habían influido sus padres, ambos en los altares. A los cinco años la muerte de su madre le hizo profundizar más en un amor al Señor y una tierna devoción a La Virgen.
Ella misma dice que cuando meditaba el capítulo 13 de la Primera Carta de San Pablo a los Corintios, donde el Apóstol recuerda que en la Iglesia hay multitud de servicios, no se ubicaba en ninguno de ellos. Se hablaba del don de lenguas, de profecía, además de otros carismas y minsiterios otorgados por el Espíritu. Su lugar propiamente lo encuentra en el Amor y servicio a Cristo. Así entra en el Convento de las Carmelitas de Lisieux, después de intentarlo mucho tiempo, porque su segunda hermana había ingresado y ella se sentía llamada.
Sin embargo le pusieron trabas por ser menor de edad. Incluso fue a pedir una dispensa especial para ingresar al Papa. Una vez pudo entrar, su principal motor para seguir este camino lo encontró en la tierna confianza en Dios, la sencillez y la humildad. Y como el verdadero testimonio se conoce desde las obras, trató de infundir todo esto en el corazón de las novicias. Tras una grave dolencia, muere con tan sólo 24 años, ofreciendo su vida por la Iglesia y la extensión del Evangelio, rodeada de sus hermanas del Carmelo.
Destaca también su profundidad mística. No en vano, ante los primeros síntomas de la enfermedad, asegurará: “Es el Esposo que llega”. Santa Teresita de Lisieux se carteó con algunos misioneros en China y otras partes de Asia, infundiéndoles aliento desde su Clausura para continuar con la difusión de la Buena Nueva del Señor por todo el mundo. Por eso, es Patrona de las Misiones, junto con San Francisco Javier.