El Santo ermitaño que imitó a Cristo Camino, Verdad y Vida
Publicado el
2 min lectura
La Pascua aborda diversas facetas del Señor que en su Resurrección lleva a plenitud su obra en el mundo. Uno de esos nombres de Cristo y que recuerda en su obra del mismo título Fray Luis de León, es el de Pastor. Y en el cuarto Domingo del Tiempo Pascual se recuerda la figura de Cristo Buen Pastor, que es el que da la vida por las ovejas para que ellas tengan vida.
Y se presenta también como la Puerta que lleva a la Salvación. Precisamente para vivir la sencillez de Cristo guía se entregó a la contemplación el Santo de este día, porque la Iglesia conmemora a Santo Domingo de la Calzada. Nacido en Viloria de Rioaja, procede de familia humilde. Su amor por Dios le lleva a elegir la vida de Benedictino, pero dada su condición extremadamente humilde, le rechazan tanto San Millán como los monjes de Valvanera.
Domingo entonces se acerca a la vida eremítica y al poco tiempo entra en el séquito de San Gregorio, enviado del Papa como Legado a organizar la Iglesia en Hispania. Santo Domingo de la Calzada muere el año 1109. Sus restos se ubican en una Catedral de corte gótico. en 2019 nos encontramos en el Año jubilar calceatense ya que se cumplen 1000 años de su nacimiento. Su realidad de hombre hospitalario le hace tomar consciencia de las gentes que se acercan por esas tierras camino de Santiago.
Esos peregrinos procedentes de Roncesvalles y de muchas partes de Europa, que van a la tumba del Apóstol encuentran en Domingo una persona buena que les ayuda en el trayecto, construyendo también albergues y hospitales para su reposo y curación. Una de las anécdotas más conocidas es la del hombre acusado falsamente de robar en unos tiempos en que el robo se penaba con la muerte. Él fue a defenderse y el comendador pidió que el gallo que iba a comerse ya cocinado cantase y si lo hacía quedaba probada la inocencia del supuesto ladrón. Y ante el estupor del notable, el gallo cantó.