El Santo obispo desterrado por su Fe y Doctor de la Iglesia
Santoral del día 2 de mayo de 2019: San Atanasio
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San Pablo en sus discursos pascuales a las Comunidades por él fundadas, se presenta como el prisionero por Cristo. Como advirtiendo que la persecución que había se multiplicaría y llevaría al martirio a muchos. Pero también como en previsión de las desviaciones doctrinales que vendrían aseguró que muchos de los que ahora le seguían, fácilmente distribuirían errores acerca de la verdadera Doctrina de la Fe.
Hoy celebramos a San Atanasio, cuyo nombre –de procedencia griega- significa inmortal y que en su vigor tuvo que defender la Fe del Señor. Nacido en Alejandría (Egipto), el año 295, al llegar a la adolescencia estudiará derecho y Teología. Después se retiró a un lugar solitario para vivir en la más absoluta soledad a la semejanza de los eremitas. Precisamente conocerá a algunos y, entre ellos, a San Antonio Abad.
De vuelta a la ciudad se dedica a un servicio completo a Dios. Por entonces, Arrio estaba difundiendo el error de que Cristo no era Hijo Natural de Dios, sino que era adoptivo. Para tratar este problema se convocó el Concilio I de Nicea, en la ciudad de Asia Menor del mismo nombre. En él tuvo mucho influjo Atanasio que era diácono y que acompañaba a Alejandro, Obispo de Alejandría. En él se condenó el arrianismo por ser una doctrina herética, reafirmando la Fe en le Señor Jesús, Hijo Unigénito de Dios, de la misma Naturaleza que el Padre.
Pasados cinco meses es elevado a la Sede alejandrina tras morir el Titular. Su Ministerio estuvo lleno de dificultades porque fue desterrado varias veces. Esta fue la constante de su Episcopado, del que también perduran las numerosas obras en defensa de la Fe, así como las muchas aportaciones teológicas que le han otorgado el merecido título de Doctor de la Iglesia. Muere el año 373.