San Narciso
Cuando es ordenado sacerdote, destaca por su ejemplaridad al vivir su ministerio, que le llevaría a ser Obispo de Jerusalén
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La tarea principal de un cristiano es alentar a todos en la Fe y ayudarles a que sigan siempre por la senda de Dios. Hoy hacemos memoria de San Narciso, cuyo ministerio confirmó a muchos en la Fe. Nace en Jerusalén a finales del siglo I y, desde el primer momento, es educado en la Fe. Los Apóstoles o sus inmediatos sucesores son los que le enseñaron el Evangelio.
Cuando es ordenado sacerdote, destaca por su ejemplaridad al vivir su ministerio, que le llevaría a ser Obispo de Jerusalén. A pesar de ser bastante mayor, Dios le concede un espíritu de juventud y alegría, lo cual hace que impulse el progreso espiritual y humano de los creyentes. Tuvo parte activa en el Concilio de Cesarea, donde se unificó la fecha para celebrar la Pascua. Pero surge la calumnia contra él por tres de sus sacerdotes, envidiosos de su santidad.
El santoral de hoy, jueves 29 de octubre
Tras perdonarles, marcha a vivir en la contemplación, aunque sólo durante ocho años, ya que el arrepentimiento de uno de ellos, hace que vuelva. En este tiempo, donde ya es anciano, Alejandro, Obispo de Capadocia, le ayuda en el gobierno de la Sede Episcopal, sucediéndole a su muerte. También en esos momentos siente una mayor cercanía de sus fieles. Hay una tradición en la cual se ve a San Narciso rodeado de moscas y tábanos.
El motivo de este hecho data de la guerra que el rey francés Felipe III declaró al monarca de Aragón. Cuando los invasores entraron en la ciudad y se disponían a profanar el sepulcro del Santo, muchos cristianos pidieron a Dios que detuviese semejante sacrilegio. Fue entonces cuando del sarcófago salio una inmensa multitud de moscas y tábanos que hicieron huir a los agresores, viendo los fieles un milagro del Santo que había escuchado sus plegarias.